jueves, 26 de mayo de 2011

UTOPIAS DE BORREGO

AÑO Y MEDIO
Pienso que a la larga el Presidente ordenará al CNE convocar las elecciones para el primer domingo de diciembre del 2012. Lo único que lo favorece adelantarla es aprobar leyes para hibernar en oposición pero estamos en un país que se llama Venezuela y una vez “rey muerto…rey puesto”. De manera que los estropicios legales que barrunte no vivirán por mucho tiempo. La otra “ventaja” es que podría dar un golpe de Estado para quedarse lo cual tampoco le permitiría una Fuerza Armada que emergerá institucionalista por encima de los presagios de Mata Figueroa.

Pero como Chávez es bastante impredecible es factible que sólo por llevar la contraria adelante los comicios. Ahora bien, en el supuesto de que respete la tradición histórica, que en lo inmediato habrá que plasmarla en el texto magno, cabe preguntarse qué sucederá en los 18 meses venideros. ¿Se paraliza el país por la feria electoral? Sería absurdo. Nos resistimos a aceptar ese paréntesis ocioso por tan prolongado espacio y este es otro de los puntos de una agenda inmediata. Los lapsos constitucionales deben ser uniformados al máximo.
No es posible que una nación viva con tantas elecciones innecesarias. El período presidencial debe acortarse a cuatro años y con sólo una reelección e inmediata. Una vez reelecto o no, el presidente se retira a sus cuarteles de invierno o se dedica a cultivar rosas. Pero no más intercesión en materias de Estado.
E igual con los parlamentarios nacionales y regionales. Y dejar sólo a los alcaldes y concejales por un único período de seis años. Hasta que aprendamos realmente a ser demócratas y permitir de manera voluntaria y vocacional la alternabilidad. Hasta que podamos comprender que los recursos del poder no pueden inclinarse a favor del presidente que busca la reelección.
Hasta que seamos conscientes del valor de la democracia para las gentes y para los pueblos. Todo eso es para la agenda del futuro inmediato.
 Pero, repito, ¿qué haremos desde ahora hasta diciembre del año próximo? ¿Calarnos las cadenas del Presidente y las lamentaciones de la oposición? No es muy productivo ese destino. O nos unimos para trabajar o nos hundimos más.
De la mesa de trabajo del periodista José Ángel Borrego.

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