Jimmy Natera, director de Hábitat y Vivienda de Anaco, podría ser destituido de un momento a otro. El domingo el Presidente Chávez anunció que se había construido la casita número 100.000 durante este año al que aún le resta un mes y un día más tarde aparece el flamante funcionario jefe en el municipio gasífero de Venezuela, pajeándole el chiste al gran jefe al informar que por su parte, él, Jimmy, construyó solo 25 casitas en Anaco. Al menos hizo 25. A principios de año el presidente del Instituto de la Vivienda de Barcelona declaró que le habían asignado presupuesto para construir quince viviendas. No 15 mil, no.
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| A Natera le recordamos que "en boca cerrada no entran moscas" |
Sólo 15. Las cuales además no se construyeron.
En Sotillo, que sepamos, el inefable doctor Fuentes no ha comenzado a batir mezcla para agregar aunque fuere una choza a las sempiternas viviendas del Gran Maguey iniciado en épocas de Cheo León. (¡Carcule usted..!) Y con la zaranda electoral hemos recorrido el estado sin tropezarnos con esos anuncios tan rojos-rojitos que coloca el gobierno hasta cuando estornuda. De manera que si existieran otros proyectos adicionales a las 25 casitas de Jimmy Natera los habríamos conocido. Al menos en el municipio Bolívar, específicamente en el sector Vidoño, el ministro Rafael Ramírez adquirió 1.400 apartamentos que construyó Rómulo Niño (sector privado) y los entregó como realización de PDVSA. ¡Hecho en Socialismo..!, olvidaron colocar en la valla. Y según notas que ojeamos en la gran prensa en algunos que otros puntos la estatal petrolera ha comprado proyectos totalmente construidos, no que los haya emprendido el Estado. En El Tigre conversamos con un señor al que PDVSA le había ordenado verbalmente no vender las casas de un conjunto de más de mil unidades. 
El buen hombre estaba asfixiado por falta de liquidez y nada de cheque. Arriesgándose a una confiscación “tipo Chávez” tuvo que salir a la venta y en una semana había colocado más de 400 viviendas. Ignoramos si PDVSA luego las asumió como propias para efectos parafernálicos y potenciadores. (Nos preocupa, pues, la suerte de Jimmy pero nadie puede andar por allí desnudando al Presidente).
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