Utopías. José Ángel Borrego.-Resultándole ya imposible represar
las aguas del dique político del país y antes de que la riada pasara a mayores
el Presidente retornó. Mientras escribíamos aún nadie lo había visto ni oído.
(Solo twitter). Dicen que ingresó directamente al Hospital Militar donde es
factible que Luis Estella lo juramente y él a su vez ponga punto final al
desbarajuste oficial que nos corroe desde el 10 de Enero. Sin embargo más que
tranquilizar al País Político, convulsionado in extremis, lo que se requiere es que ofrezca al ciudadano alguna
respuesta digerible sobre lo que va a ocurrir una vez tomada la decisión de
devaluar al bolívar en 45,51 %. Maduro no ha podido contener el clamor del
estrato menos favorecido de la población e intentando subrogarse en la magia
del jefe, lanza epítetos y amenazas al voleo que no conmueven a nadie. Y eso
tiene que preocupar al Presidente quien no desea revisar al sucesor. ¿Qué podrá
hacer Chávez? Su abanico de opciones no es muy alentador y la maquinita de
hacer dólares está extenuada. Los chinos cerraron la bodega y los demás “amigos”
están esquivando las súplicas del crédito. Apenas quedan países que más que
ayudar alargan la mano esperando la acostumbrada dádiva. El cerco que podría
exigir una capacidad gubernamental ortodoxa está tupiendo toda otra salida.
¿Qué hará el Presidente? Ante circunstancias que lo minimizan se torna exigua
su capacidad de respuesta. Pero él siempre se las arregla para sembrar nuevas expectativas
en el chavismo religioso. A eso apuesta Maduro. Solo Maduro. Velas y tabacos.
Iconos y virgencitas. Mientras tanto Diosdado sonríe. Quizás esta no sea su
ocasión pero tampoco la de su émulo. El del abrazo del oso.
CUESTIÓN DE
LÉXICO
Según el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) máxima
instancia de interpretación del lenguaje, el verbo “ajustar” no guarda
concordancia en ninguna de sus variables con el hecho acontecido el “Viernes
Rojito” cuando Nelson Merentes anunció la devaluación del bolívar, alguna vez
denominado fuerte. Realmente lo que se hizo fue eso: Devaluar. Si antes con Bs
4,30 usted adquiría un dólar ahora necesita Bs 6,30. Tampoco fue que el dólar
encareció. El billete verde mantiene su posición privilegiada frente a los
tumbos de bancos centrales que desestiman el objetivo de la Economía de Mercado
aunque transiten en ella. El país (el nuestro) se vio obligado a devaluar, no
porque esté siendo objeto de agresiones financieras del “imperio” sino porque
las distorsiones monetarias son evidentes por el desbalance existente en la
relación exportación-importación. Una nación desprovista de Agro está condenada
a importar alimentos y como se trata de un rubro que apremia, quienes son
ungidos por el Gobierno para realizar las importaciones, sobre-facturan los
productos y esquilman al país, como sucedió el año pasado, con más de 15 mil
millones de dólares de sobrecargos. No es cuestión de retórica ni se resuelve
con demagogia. Vivimos una situación a la que no podremos escapar sin producir.
Hay dos vertientes vinculantes en este asunto que deben conjugarse concurrente
y paralelamente. Generar bienes y servicios sin dineros públicos y producir al
menos alimentos. Es el desiderátum de cualquier economía en el escenario de las
naciones del planeta. Cuba no quiso atenderlo y fracasó estrepitosamente.
Venezuela se apropió de la brújula cubana.
La acuciosidad en tus escritos es elemento clave en el proceso comunicacional de socialización y del cambio cultural que todo esperamos. Hay que leerte siempre! Abrazos!
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