CVG. Es la Corporación Venezolana de Guayana. Fue en febrero del 2010. Pagó el 95% de dos plantas termoeléctricas de 880MW, para instalarlas en SIDOR.
Las plantas fueron compradas en Rusia al representante de la empresa americana General Electric. La empresa es empresa Detwitz. El monto fue de 362 millones de dólares. Con ella le darían energía a las empresas básicas, además de incorporarlas al sistema eléctrico nacional. Ya casi 80% de una de las plantas, o sea 440MW, está instalada. Lo sorprendente es que una orden, no se sabe quién la dio, mandó a desinstalar la planta. Sólo por esa irresponsabilidad se acaban de perder 80 millones de dólares por trabajos civiles y la instalación de gas y diesel. La otra planta llegó a la aduana de Puerto Cabello y nadie se ha molestado en irla a reclamar. Ahí está pudriéndose por el agua y el salitre. La razón de tal indolencia sería las diferencias entre miembros del gabinete ejecutivo. Esa planta de 440MW, podría dar energía a gran parte del oriente del país. Porque 440MW es el consumo por ejemplo de una zona industrial como Carabobo. El presidente Chávez anunció, en unos de sus programas dominicales, la adquisición de esas plantas. Dijo que las mismas venían a enfrentar el problema de la sequía que se avecinaba en Venezuela. Sabrá el ¿Presidente que la primera planta de 440 MW, llegó a Venezuela directo desde los puertos moscovitas? ¿Y que la otra llegó en junio 2010 a la aduana de Puerto Cabello? Y sigue ahí. Las plantas, canceladas por la CVG, quedaron en manos de Corpoeléctrica. Y gran parte del país está a oscuras.
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