Un día cualquiera, cuando éramos niños, pegamos un alarido que obligó a nuestra madre a correr hacia nosotros a ver qué sucedía. Nos echamos a reír por “la gracia” ya que todo era un juego. La recomendación de mi vieja fue: “No lo repitas porque el día que sea cierto nadie te va a creer”. (Santa Palabra). Rememoramos el hecho porque el Presidente regresó de Cuba asegurando que no tiene ninguna célula maligna en su cuerpo. Quisiéramos creerle y de corazón rogamos al Buen Dios de los cristianos, de los judíos, de los budistas, de los islamitas y a todos los dioses exaltados por las distintas feligresías, que sea cierto. La duda prevalece por lo cobero que es el mandante. Pero el país necesita esa verdad y que de ahora en adelante, aunque se nos castigue con cadenas interminables tengamos a un Chávez guerrero luchando por su vida política que se percibe metastásica. 
No sólo porque pueda perder las elecciones sino por el cáncer que corroe la médula del PSUV dividido en tres toletes ya inocultables que pugnan por controlar un poder total y totalitario. Aunque con dos perfiles bien diferentes esa situación interna del partido del Presidente nos obliga a rememorar a la Acción Democrática de la época de Rómulo Betancourt quien se negó a evitar la división del MIR sabedor de que esa parcela política era cubanófila. Y posteriormente tampoco aceptó a Prieto Figueroa y de nuevo permitió que se dividiera el partido porque conocía sus propias fuerzas de liderazgo y más pronto que tarde, como en efecto sucedió, recompondría la desbandada ocurrida. Pero ese era Betancourt, político fogueado en la política.
No Chávez, político asimilado de las armas. Y le resultará harto difícil represar la avenida que hace vida dentro del PSUV, sobre todo por su negativa de brindar a otros la oportunidad de aspirar la presidencia. Y como el país necesita que sus partidos sean fuertes y democráticos es necesaria la presencia del indiscutido líder del PSUV arreando su ganado por el mejor camino que sólo él puede hacerlo, eso es cierto y sólo él quizás pueda represarlo si pierde las elecciones. Como diría Leopoldo, no es fácil… Tomado de la Mesa de Redacción del periodista José Ángel Borrego
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