Nuestro colega y amigo fraterno Domingo Luis Díaz Mendoza se molesta cuando nos escucha salmodiar algunas realidades sobre los partidos políticos y sus dirigencias exhaustas. En un doble discurso al que se le ve la costura desde muy lejos, por un lado exhortan al país para que se fortalezcan las plataformas partidistas y por el otro le entran a palo limpio a los partidos que obstaculizan sus expectativas y aspiran competir en buena lid.Lo del comandante no fue suficiente. Haberle quitado la alfombra a Alfaro Ucero e Irene Sáez (AD y Copei) para apoyar a Salas Römer en una cayapa contra Chávez no les enseñó ninguna lección. Este pueblo, por idiosincrasia, se pliega a favor del más débil y repele al agresor. En aquella ocasión los encuestadores de AD inflaron a Chávez para frenar a Irene. Cuando se quiso revertir la tendencia era muy tarde y se optó por aplastar al ex militar con la marabunta de letras.
Pero el pueblo desestimó esa alternativa y se identificó con la víctima de una estrategia de liderazgo trasnochado. Lo demás es historia que vivimos a diario gracias a esa componenda partidista y no como asegura Domingo Luis que quienes criticamos a los partidos beneficiamos a Chávez. No. El efecto fue contrario. Los partidos metieron la pata hasta la coronilla y se hundieron solitos al estilo Chacumbele. Igual sucede ahora. 
El principio de Unidad se vulnera cuando los mismos dos grandes partidos, en conjunción ahora con UNT, idean trochas deshonestas para frenar a Henrique Capriles. El gobernador mirandino encabeza las encuestas y cada día parece fortalecerse. El candidato zuliano ha recibido importantes nutrientes y también avanza. Cuestión de afectos en el elector. No es cayapeando alevosamente a Capriles como podrían invertir la pirámide.
El pueblo observa. La gente que aún no se ha decidido, mal podría favorecer a usuarios de esquemas perversos. El elector desea elegir a quien lo convenza programáticamente, no a quien aplaste a mansalva. Pablo Pérez es un político de las nuevas generaciones. Ajeno a maquinaciones del liderazgo antañón. O eso esperamos. Y no debe contaminarse porque el camino es largo.Tomado de la Mesa de Redacción del periodista José Ángel Borrego.
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