lunes, 6 de febrero de 2012

UTOPÍAS DE BORREGO: RECTA FINAL


 
Estamos a la víspera de una jornada histórica para la democracia en el mundo. Hemos investigado, aunque someramente, pero no se conoce de experiencias sobre primarias como las que la oposición celebrará el domingo venidero. Aun para el oficialismo ese ejercicio popular debería significar un gran ejemplo.
En un país de vocación institucionalista, los ciudadanos observan con respeto y con aprecio la decisión de los partidos, tradicionales y no, de medirse por medio del veredicto de la opinión pública, abierta y libre, para que el país decida quien debe enfrentar a Chávez en las elecciones presidenciales del 7 de octubre. Y después de más de un año atravesando caminos que han sembrado alguna que otra sombra sin consecuencias que lamentar, se arriba a la fecha mágica del 12 de febrero del año 2012. 
Y de allí, directo al 7 de octubre, se espera que con un candidato unitario, no sólo en el papel sino en la emoción. Un candidato que ponga al elector realmente a pensar. Un candidato que exude confianza en el ciudadano. Un candidato que sea capaz de asumir las riendas del país en caso de imponerse en la consulta presidencial. Y un candidato que refuerce la constancia de la democracia sobre la vía de la alternabilidad. Por ello las dos propuestas que enarbolan los dos aspirantes con mayor posibilidad gustan al elector.
Capriles solicitará que los lapsos presidenciales sean apenas de cuatro años con una sola reelección. No más ambiciones en el mismo ámbito de quien haya cumplido lo que establecería la Constitución. No más ambiciones desmedidas. Y por otra parte, Pablo Pérez promete que no aspirará reelegirse. 
 
Es decir, gobernará un solo período. Esa oferta no es realmente pulcra porque el triunfo presidencial de Pablo estaría, sin la menor duda, proseguido por la aspiración electoral de Manuel Rosales, que de ganar gobernaría quién sabe por cuántos períodos, o hasta que Evelyn Trejo, su esposa, le pida el divorcio para ella ser también jefa de Estado. Y no lo decimos por simple especulación. Basta mirarse en el espejo del Zulia. Pérez es candidato porque Rosales está auto-exiliado. Tal estatus también lo reprobamos como no bendecimos ninguna estancia prolongada en el coroto gubernamental.

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