El refrán dice que para pelear se necesitan dos. Pero estamos frente al caso de que Henrique Capriles declina la confrontación y desde Chávez hasta su último acólito lo retan. De manera frontal el Presidente le dijo, al mejor estilo patotero, “No podrás evitarme. Tienes que enfrentarme..!” lo que adobó con ofensas de diverso calibre a las que Capriles ni siquiera respondió. Con la enfermedad del caudillo estas andanadas han tomado receso pero sus dos generales en jefe, Diosdado y Jorge Rodríguez, no hay día en que no se preocupen por Capriles y lo acusen de guerra sucia (¿hay alguna que sea limpia?) aunque el candidato de la Unidad Democrática ni los tome en consideración. Que yo sepa, que me precio de leer diarios y escuchar noticieros, hasta la fecha no ha habido por parte de Henrique Capriles ni siquiera la mención de los nombres de Diosdado y Jorge Rodríguez. Pero parece que los asesores del oficialismo han recomendado la confrontación belicista como arma para atraer la atención del electorado que cada día suma prosélitos a favor del cambio de gobierno.
Es tan sui generis la situación que alguien del chavismo esbozó una propuesta para adecentar el debate electoral que Capriles aceptó agregándole algunos puntos que parecen obvios, pero de inmediato se asomó Rodrigo Cabezas con el mismo estilo de pandillero de barrio a ofrecer respuestas groseras, a las que Capriles continúa ignorando olímpicamente. Lo único que hemos escuchado del candidato opositor es preguntarse que si sus enemigos (porque no aceptan ser solo adversarios) se sienten tan seguros el porqué de las (fastidiosísimas, cree uno) cadenas que ahora se transmiten hasta para rememorar la vida del Presidente. ¿Qué se busca con esta pésima táctica? Infundir lástima en la gente, cabe imaginarlo. Recordarle al elector que el gran jefe está sufriendo por las terapias que recibe. Compungir al populacho frente a la mala suerte del Presidente.
En nuestra muy modesta experiencia en materia electoral creemos que nada de eso surte efecto. Los electores de uno y otro lado están definidos. Queda un margen aproximado de 25 % de los NI-NI y de quienes aún no decidido que no son captables con lágrimas de cocodrilo.
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