Luego de ser albergue de 64 familias damnificadas en 2011 y parte de
2012, el antiguo centro de salud privado, nuevamente es un basurero y
una “guarida” de delincuentes.
El Tiempo.- A finales del año 2012, vecinos
del casco central de Puerto La Cruz, municipio Sotillo, manifestaron su
preocupación por las condiciones en las que se encuentra el edificio de
la antigua clínica Déborah de Romero, en la avenida. 5 de Julio.
El equipo reporteril de El Tiempo
estuvo en el lugar y constató que al entrada estaba llena de basura y
en muchas áreas había excremento. Las ventanas estaban rotas y el
sistema eléctrico había sido destruido.
Esta situación
ocurría a pesar de que en 2011 el Gobierno local invirtió 135 mi
bolívares para adecuar el edificio, a fin de albergar allí a 64 familias
que quedaron damnificadas en la zona alta porteña, a raíz de las
lluvias ocurridas a finales de 2010.
La municipalidad pintó,
colocó puertas y ventanas nuevas, adecuó los sistemas de aguas servidas y
potable y hasta instaló una guardería para beneficiar a los hijos de
las madres trabajadoras.
Pero cuando los ciudadanos recibieron sus casas a mediados de 2012, el sitio quedó abandonado, a merced del hampa.
“Aquí
nadie brinda seguridad. Esto se ha vuelto muy peligroso. Mucha gente se
mete allí a hacer necesidades fisiológicas, fumar drogas y a sustraer
cosas. ¿Las autoridades?: bien gracias”, dijo la comerciante María
Agudelo.
Pese a la denuncia vecinal, este viernes las condiciones de la edificación de 12 pisos eran las mismas. “No han hecho caso a nuestros llamados. Pareciera que no leen periódicos. Pareciera que no les importamos”, aseveró Jorge Tiamo, trabajador de una ferretería.
En
el lobby donde en 2011 había muebles nuevos y hasta una mata que daba
vida al espacio, ahora se observan grandes cantidades de basura.
En
una esquina se halla una bolsa negra en la que colocaron algunos
escombros, pero es evidente que el trabajo quedó a la mitad del
camino.
Atención
Al parecer Fuentes dejará "ese paquete" al próximo alcalde. |
El
alcalde Stalin Fuentes aseveró que está consciente del problema que allí
se presenta y aseguró que conversó vía telefónica con los dueños de la
edificación.
Indicó que, de manera muy cordial, acordó una
reunión con los ciudadanos (se reservó los nombres), con la finalidad de
solicitarles que pongan en funcionamiento el local.
Mientras
tanto, se comprometió a sanear la zona y fortalecer la vigilancia
policial para evitar que se convierta en guarida de “choros”.
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