UTOPÍAS DE BORREGO: ARISTÓBULO II

Expediente Público.- José Ángel Borrego. “El que se fue”, quien se auto-calificó “El gobernador que más ha hecho por Anzoátegui” debe estar sorprendido actualmente. Sin mucha bulla el nuevo mandatario ha corregido fallas heredadas que le costaron miles de millones de bolívares al Tesoro Público y que en “mordidas” dejaron también millonarias participaciones. Hablamos del asfaltado en épocas de Saab, en particular en la Vía Alterna que el año pasado se hizo en cuatro ocasiones como mínimo. Y en otras avenidas principales de nuestra conurbación que tenían cráteres para todos los gustos que renacían más amenazantes. En ese recientísimo ayer para asfaltar unos 100 metros se trancaba la ciudad. Si el trabajo era en una de las vías interurbanas, ir a Barcelona o Lechería era una tortura de sadismo puro y en todas partes el asfaltado duraba apenas semanas. En veces días, y hubo alguno que ni siquiera ese lapso. Ahora observamos equipos que realizan el asfaltado sin cerrar las vías, con un proceso más técnico: una máquina raspa la capa vieja, la recoge simultáneamente con camiones y en el acto otra máquina sustituye el asfalto desbrozado mientras una tercera pinta de una vez el rayado blanco. Y todo ello sin aquella profusión de vallas y campañas publicitarias en radio, TV, prensa y carteleras publicitarias. Bajo la égida Saabática (en ambos sentidos) se esperaba la lluvia o que el lugar se mojara para echar la capa asfáltica que por obvio se desprendía horas después. No hay que ser Einstein para adivinar la razón que “justificaba” esos desaciertos. (Stalin no asfalta pero coloca vallas subliminales. ¿Qué tal?)