Las renuncias ministeriales
anunciadas esta semana son una señal de que el régimen de Nicolás Maduro está
ahora más cerca de anunciar los cambios que realizará al aparato burocrático,
pero aún está por verse si el anunciado “sacudón” traerá realmente cambios en
la arquitectura de poder del chavismo o si consistirá de modificaciones
cosméticas, advirtieron analistas a El Nuevo Herald.
Y es que Maduro está involucrado
en la ambiciosa tarea de reacomodar las esferas de poder dentro del chavismo
para emerger fortalecido como máximo dirigente del movimiento y poder aplicar
sin resistencia las políticas urgentemente necesitadas para enfrentar la crisis
económica
Es una tarea sumamente delicada y
difícil de aplicar, según los analistas, que afirman que esa ha sido realmente
la razón por la que Maduro lleva meses postergando el anuncio de su gran plan
para solucionar el caos político y económico que aflige a la nación
sudamericana.
“Todo está atado a las facciones
de poder dentro del chavismo y en cómo repartir el poder a partir de ahora”,
comentó desde Caracas Oswaldo Ramírez, presidente de ORC Consultores.
Es un juego que se une a la
necesidad de “apretarse el cinturón en este momento para tratar de reducir el
gasto y tratar de poner un poco de orden dentro de todo lo que representa la
burocracia estatal”, agregó Ramírez.
El ordenamiento del gasto y del
aparato estatal es precisamente lo que Maduro ya lleva meses anunciando para
encarar una de las más severas crisis económicas de las últimas décadas.
“Hay que pasar a una nueva etapa,
una nueva etapa de construcción”, declaró Maduro a mediados de julio.
“Vamos a una sacudida completa de
los mecanismos de gobierno para entrar en una etapa de eficiencia verdadera”,
anunció el mandatario al explicar que el proceso de reestructuración tendrá
gran impacto en la organización del aparato burocrático del país, proceso que
el propio Maduro calificó de “difícil”.
Y tan complicado ha sido que los
anuncios de los cambios han sido postergados en distintas oportunidades,
llevando a muchos a pensar que habían quedado descartados hasta que el
vicepresidente Jorge Arreaza anunciara el lunes que los ministros y altos
funcionarios del chavismo han puesto todos sus cargos a la orden.
“Como equipo de trabajo, hemos
puesto el cargo a disposición del presidente Nicolás Maduro para que tome las
decisiones en la reorganización del poder ejecutivo, en la reorganización del
estado revolucionario en los próximos días”, dijo Jorge Arreaza a la televisión
oficial tras presidir un Consejo de Ministros.
Esas renuncias son una
oportunidad que Maduro no debe desperdiciar, consideró Jesús Seguías,
presidente de la firma de asesores DatinCorp.
“Maduro tiene que aprovechar la
oportunidad para generar los cambios que realmente debe dar sin tanto
‘manguareo’ [desperdiciar tiempo]. Se espera que haya un verdadero cambio y no
que los ministros sean enrocados de nuevo”, dijo.
De hecho, muchos de los
ministerios que presiden deberían ser simplemente eliminados.
“Debería salir de algunos
ministros que ocupan puestos que en realidad ya no tienen mucho sentido.
Venezuela tiene unos niveles de burocracia ministerial más altos del mundo. Una
multiplicación de funciones que no tiene sentido”, comentó.
El aparato burocrático de Maduro
incluye a 30 ministros y más de 110 viceministros que forman parte de una de
las mayores burocracias per cápita en el mundo. El recorte de ese aparato es
esencial para reducir un gigantesco déficit fiscal que está detrás de gran
parte de los desequilibrios macroeconómicos que afectan a la nación petrolera.
Pero recortar el aparato
burocrático significa el recorte de cuotas de poder para las distintas
facciones que conforman el chavismo, facciones que tienen peso y son poderosas.
“Al estar debatiéndose entre las
distintas facciones y los distintos modelos, efectivamente genera una
paralización que es lo que hemos estado viendo, una falta de acción en tomar
las decisiones que se necesitan para enfrentar la crisis”, explicó Ramírez.
De hecho, han sido decisiones que
consistentemente han sido dejadas para después.
Parte de eso se vio en el
largamente esperado congreso del oficialista Partido Socialista Unido de
Venezuela, cuando la máxima cúpula chavista decidió dejar para finales de año
la espinosa decisión de elegir las nuevas autoridades de la agrupación política.
“Allí ellos compraron tiempo, el
congreso debió haber ido a un cambio de autoridades y a un reacomodo de esas
caras visibles dentro del partido, y allí prácticamente lo corrieron para
noviembre, esa fecha en la que va a haber elecciones”, dijo Ramírez.
“Pero en el tema ministerial
todavía tienes problemas, y Maduro debe decidir sobre las cuotas de poder que
asignará a las diferentes facciones, como el [denominado] Frente Francisco de
Miranda, o al grupo que se autodenomina como ‘los hijos del 4 de febrero’, o al
otro grupo de militares que no está allí”, agregó.
Aquí el problema no es reacomodar al Chavismo, el problema es "REACOMODAR A VENEZUELA", En las filas del Chavismo NO EXISTEN profesionales con la talla o perfil necesario para enfrentar los graves problemas económicos Sociales y Políticos QUE HAN generado con su tan CACAREADO SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, Si tuvieran un poquito de verguernza renunciaran y le dieran paso a personas con capacidad y criterio que hay muchos pero no en sus filas, y no me refiero precisamente a CAPRILES Y SU COMBO
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