José Ángel Borrego.- Antes de que se produzca su
aceptación al reto que se le ofrece pensamos que Jesús Torrealba no rechazará
la secretaría ejecutiva de la MUD. Hasta ahora nadie ha opuesto resistencia
alguna. Es posible que exista unanimidad en su postulación lo que genera excelentes
augurios unitarios. Chuo, como lo conoce la gente de los barrios, es un
periodista que ha dedicado su vida a meterse de lleno en todos los sectores
populares de la Gran Caracas en especial
para conocer de primera línea los
problemas que confronta la gente y señalar con pelos y señales cada una de las
injusticias que un país petrolero comete contra sus gentes. Por ello Chuo hubo
de salir de Globovisión, canal donde madrugaba con las “buenas malas” y para el
que se tornó incómodo. Pero desde alguna emisora capitalina Chuo se mantiene al
día en el estudio in situ de la calamidad venezolana y pese a su excelente buen
humor no es hombre de paños tibios ni de componendas: “Al pan, pan…”. De tal forma que los venezolanos pueden tener
absoluta confianza en Chuo si acepta ser el nuevo gerente de la MUD. Aclarando
algo. Chuo no es melifluo, ni delicado, ni gentilhombre ni nada que pueda
confundirse con mentecatismo disfrazado de zalamería o viceversa. Chuo es
claro, directo y contundente, pero también sensato, analítico y justo. El
liderazgo político sabe que con Chuo tiene garantía de seriedad impoluta, pero
también debe saber que sin ser intransigente no transige con lo avieso. Y
tampoco trabajará de manos atadas al ritmo que le imponga la partidocracia.
Digamos que Chuo es un “Técnico-Político” porque conoce con mayor profundidad
que cualquier dirigente político la esencia de los problemas que aquejan al
venezolano. Pero además, sin los vericuetos usuales en ese mundo, Chuo sabe
cómo encontrar vías más expeditas para encontrar respuestas. Tampoco lo arredran
la coerción policial ni la balandronada oficial.
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