Quizás sea una nueva forma de
hacer política porque anteriormente los partidos invitaban a periodistas al
menos a sus actos de apertura por más cerrada que se pronosticara la agenda.
Ignorar a quienes pueden cuando menos comentar el evento no nos parece buena
estrategia. Por algún murmullo conocimos que María Corina Machado estaría en la
zona el pasado fin de semana para presidir un Congreso de Ciudadanos de Oriente
que tuvo su cita en Barcelona con rostros de Monagas, Sucre, Nueva Esparta y
Anzoátegui. De sus interioridades conocimos el texto de lo que suponemos fue su
documento de honor en el cual se exaltan los valores de la democracia y se
abjura del proceso poco institucional que corroe las estructuras del país desde
el Gobierno. Debemos imaginar la euforia de quienes estaban reunidos y las
ilusiones de mucha gente pretendiendo utilizar estos
trampolines para escalar alguna posición, lo cual no es de ninguna manera reprobable más allá de la recomendación de aprender a priorizar los pasos que deben darse y de no cometer los mismos errores que se señalan en la actitud y actuación de otros, como por caso la reiterativa manía de no darle paso a nadie más. El país, y en especial el estado Anzoátegui, exigen caras nuevas o al menos renovadas. Ya hemos conocido asaz la inutilidad del país político actuante. Es preciso despojarse de los cascarones vacíos y vacuos para conquistar espacios y electores. Es de urgente necesidad que los partidos y sus eventos realicen una minuciosa investigación para determinar el perfil del líder que se aspira para los tiempos por venir. En todas las encuestas crece el descompromiso. La gente prefiere callar y no votar que hacerlo por quienes nada han demostrado. Es imperioso cambiar para promover un cambio. El cambio que se necesita. El cambio que exige ese mismo país que se siente ninguneado por los políticos.
trampolines para escalar alguna posición, lo cual no es de ninguna manera reprobable más allá de la recomendación de aprender a priorizar los pasos que deben darse y de no cometer los mismos errores que se señalan en la actitud y actuación de otros, como por caso la reiterativa manía de no darle paso a nadie más. El país, y en especial el estado Anzoátegui, exigen caras nuevas o al menos renovadas. Ya hemos conocido asaz la inutilidad del país político actuante. Es preciso despojarse de los cascarones vacíos y vacuos para conquistar espacios y electores. Es de urgente necesidad que los partidos y sus eventos realicen una minuciosa investigación para determinar el perfil del líder que se aspira para los tiempos por venir. En todas las encuestas crece el descompromiso. La gente prefiere callar y no votar que hacerlo por quienes nada han demostrado. Es imperioso cambiar para promover un cambio. El cambio que se necesita. El cambio que exige ese mismo país que se siente ninguneado por los políticos.
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