Al menos ocho grandes
edificaciones a medio construir en Barcelona, Lechería y Puerto La Cruz se han
convertido en el dolor de cabeza de vecinos
El edificio de Fundeso es una de
las estructuras más grandes que quedaron a medio construir.
Puerto La Cruz.- En la zona norte
de Anzoátegui los temas por los que preocuparse sobran. Uno de ellos está
relacionado con el abandono de edificaciones que se han convertido en un
problema para los vecinos.
Y es que al menos ocho grandes
estructuras a medio construir que fueron diseñadas para funcionar como centros
comerciales, clínicas, hoteles y hasta conjuntos residenciales, hoy son
basureros, prostíbulos, escenarios de homicidios, violaciones y, en el mejor de
los casos, “lienzos” para grafiteros.
En Barcelona se cuentan tres: el
edificio del Polígono, situado en la avenida Raúl Leoni; clínica Déborah E. de
Romero, en la Country Club y un centro comercial frente al complejo Simón
Bolívar. En Sotillo están el edificio de Fundeso, en la Av. 5 de Julio; otra
sede de la clínica Déborah en la misma vía y una estructura de 10 pisos situada
al lado del hotel Rasil. En Lechería están Canal Point, localizado en la R-16 y
Balcones del Mar, en la entrada a Los Canales.
Uno de los casos que provoca
mayor preocupación es el del edificio del Polígono. Se empezó a constuir a
finales de los 90, pero posteriormente la empresa encargada no pudo seguir
pagando el crédito solicitado ante el Banco Industrial de Venezuela. La obra
fue asumida por Fogade, y no fue terminada.
La semana del 22 al 26 de
diciembre de 2014 lucía exactamente igual al 22 de agosto de 2011, cuando 140
familias que integraban la Organización Comunitaria de Vivienda (OCV) Jesús es
mi Salvador, tomaron simbólicamente la estructura.
Incluso los muros internos que
levantaron seguían en pie. En el primer piso había señales de nuevas
incursiones de gente de mal vivir. El olor a excremento y a orina era
insoportable.
“No hay interés del gobierno. Y
nosotros igual: siendo blanco del hampa”, indicó Flor Hernández, vecina de la
zona.
En las mismas condiciones está lo
que sería la clínica Déborah E. de Romero. Las puertas están cerradas, pero los
vidrios se están partiendo como galleta. Está en litigio porque, aunque sólo
tiene 7 pisos, la Alcaldía de Bolívar consideró que era muy alto para la zona.
Ni BTV ni Fundeso
En Sotillo, el más tristemente
célebre caso ha sido el del edificio cuya construcción inició hace 27 años el
extinto Banco de los Trabajadores, en la avenida 5 de Julio de Puerto La Cruz.
En la estructura, cuyo terreno
fue aportado por la Fundación para el Desarrollo de Sotillo (Fundeso), el
escenario descrito es el mismo al de un reportaje hecho por este rotativo en
2012: basura, hediondez y en sus pisos internos huellas imborrables del paso de
indigentes, drogadictos y otros malvivientes.
Después de que el Gobierno
nacional interviniera la entidad financiera y que el bien pasara a manos de
Fogade, su destino es cada vez más incierto. En 2003, el exalcalde Nelson
Moreno inició una medida de expropiación y ese mismo año la institución
introdujo un recurso de nulidad ante el Tribunal II en lo Contencioso
Administrativo. Hasta ahora, 11 años después, no ha habido ningún
pronunciamiento.
“No creo que haya remedio. ¿Qué
más tiene que pasar para que nos hagan caso?”, se preguntó Antonia Miranda,
comerciante de la zona.
La que fue la primera sede de la
clínica Déborah E. de Romero es otra estructura que está en ruinas, a pesar de
que en 2010 se invirtieron 135 mil bolívares para rescatarla, a fin de albergar
a 64 familias damnificadas tras las lluvias de ese mismo año.
En el espacio, que no sólo ha
sido objeto de hurtos sino que también es usado como un gran baño público, se
observan vestigios de una guardería, donde se cuidó a los niños de los “sin techo”.
Ahora hay montones de heces y orina y grandes cantidades de basura.
El entonces alcalde Stalin
Fuentes dijo en 2013 que, de manera muy cordial había acordado una reunión con
los dueños (se reservó los nombres) para solicitarles que pusieran en funcionamiento
el local. Pero nada ocurrió”, dijo Margot Pérez.
Lechería no escapa de esta
realidad. Allí hay dos estructuras que se han convertido en dolores de cabeza:
Canal Point, conjunto residencial situado en la avenida R-16; y Balcones del
Mar, localizada antes del puente del CC Caribean Mall.
Balcones del Mar sería una de las
estructuras más grandes del complejo turístico El Morro. Es una lástima que
sólo sea usado por los grafiteros. Afea mucho la zona”.
Indira Douboin
Vecina de El Morro
El alcalde de Urbaneja, Gustavo
Marcano, admitió el martes 23-12-2014 que Canal Point es un caso difícil, ya
que se encuentra en un limbo jurídico. Mientras, vecinos como Norma Irazábal
reafirmaron su temor de que vuelva a ser invadido, como ocurrió en 2013.
27
años
paralizado tiene el edificio de
Fundeso, situado en la avenida 5 de Julio de Puerto La Cruz. Esa es la
estructura a medio terminar más vieja. Luego está el inmueble El Polígono, con
unos 25 años y Balcones del Mar con poco más de dos décadas de abandono. Los de
menos data son Canal Point, que tiene unos 10 años y el CC Simón Bolívar, que
lleva unos 8 años a la espera de su culminación.
Balcones del mar
El edificio de Balcones del Mar,
situado justo al lado de la entrada a Los Canales de El Morro, tiene más de 20
años parado. El alcalde Gustavo Marcano dijo que en 2015 garantizará todas las
condiciones para que los dueños construyan allí un hotel, como lo especifica la
zonificación del área. “Eso hace mucha falta”.
Simón Bolívar
En la avenida Intercomunal Jorge
Rodríguez, justo al lado del Gran Abasto Bicentenario, se inició la
construcción del CC Simón Bolívar, como parte del urbanismo necesario en esa
zona de encuentro de deportistas regionales y nacionales. Sin embargo, está
paralizado porque, según se conoció extraoficialmente, la empresa se quedó sin
recursos para su ejecución.
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