EL TIEMPO.-Un soldado bachiller, designado
ranchero (cocinero) en la cocina del Batallón de Policía Militar n.° 13 de
Bogotá, literalmente terminó en la olla, cuando decidió usar como tina
de baño uno de los calderos donde se preparan los alimentos de 600 uniformados.
Un militar que presenció la
escena dijo que ocurrió el año pasado y que el ranchero llegó a la cocina, con
jabonera en mano y una jarra. “Estaba vestido con un ‘pelo e’ burra’ (como le
dicen entre los soldados al uniforme verde de paño), luego de quitárselo, se
metió desnudo a la olla donde todos los días él mismo preparaba la sopa, se
enjabonó, se lavó con agua y finalmente se rió mientras los demás soldados le
tomaban fotos”, contó un testigo de la escena.
Indignados, sus compañeros de
filas denunciaron el caso ante sus superiores por involucrar la higiene de un
lugar que está bajo la lupa de la Secretaría de Salud del Distrito. EL TIEMPO
estableció que la cocina donde ocurrió el episodio, incluso, ya fue sellada por
incumplir normas técnicas y de salubridad.
“Se ordenó la suspensión total de
trabajos y servicio de alimentos de la Agencia Logística de las Fuerzas
Militares que opera en ese batallón. La medida se levantó tras verificarse el
cumplimiento de las mejoras”, reza un informe de la Secretaría de julio del
2014.
De hecho, desde antes de que el
ranchero se bañara en el caldero, funcionarios de esa Secretaría les
advirtieron a los comandantes del batallón que el lugar exigía mayores
controles de higiene. Un funcionario que participó en ese proceso indicó que la
cocina del PM 13 se quedó corta para cumplir con su función.
“El rancho fue construido en la
época en que el general Gustavo Rojas Pinilla fundó el batallón, hace más de 60
años, y es evidente que se quedó obsoleto. A pesar de las obras que allí se han
realizado, es mejor levantar otro que cumpla con los requerimientos para
atender al gran número de personal que allí se alimenta”, le dijo a este diario
una fuente que ha participado en ese proceso.
Además, admitió que el caso del
soldado permanece bajo reserva para no agravar la situación del lugar en el que
también se alimentan oficiales de alto rango. Pero aseguró que sí hay una
investigación en curso.
La investigación
Según los protocolos, en la
cocina del PM 13 no solo comen los soldados de ese batallón, sino, además, los
de la Escuela de Ingenieros del Ejército y los del Batallón de Apoyo y Servicio
n.° 21 (Baser 21) –al que pertenece el soldado bachiller que se bañó en los
calderos del rancho–, todos con base en la guarnición militar ubicada en la
zona de Puente Aranda, en el corazón de Bogotá.
Y aunque algunos soldados
aseguran que recibieron la orden de borrar las fotos del baño de su compañero,
alcanzaron a ponerle la queja al entonces comandante del PM 13, el teniente
coronel Gabriel Fernando Marín Peñaloza.
EL TIEMPO se comunicó con el
oficial para conocer su versión sobre lo sucedido, pero respondió que no podía
referirse al tema sin previa orden de sus superiores.
“El coronel Marín solo atinó a
decir: ‘esto es absurdo y grotesco’ ”, según dijo la fuente que presenció lo
ocurrido. Del caso fue informado el Baser 21 y la Agencia de Logística de las
Fuerzas Militares.
Por su parte, el general Raúl
Antonio Rodríguez, quien asumió en diciembre del año pasado la comandancia de
la Brigada 13 del Ejército a la que está adscrito el batallón PM 13, le dijo a
EL TIEMPO que el caso está en averiguación.
“Es ilógico que un soldado haga
eso, porque los calderos permanecen prendidos 18 horas a altas temperaturas. Al
parecer, este caso habría ocurrido en julio del 2014, cuando el rancho estuvo
cerrado por orden de la Secretaría de Salud. Todo está en averiguación y si hay
lugar a aplicar sanciones, así se hará”, indicó el general Rodríguez.
Por lo pronto, el soldado del
‘chapuzón’, permanece en el Baser 21 a la espera de decisiones.
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