Con la presentación ayer en cadena nacional del vicepresidente
Nicolás Maduro flanqueado por Diosdado Cabello y Rafael Ramírez
comenzaron a despejarse las dudas y a confirmarse los rumores de la
gravedad de la salud del caudillo que por 14 años ha gobernado Venezuela
y que recién fue reelecto para otros seis años.
Sus palabras: “La operación del día de ayer fue una operación,
compleja, difícil, delicada, lo cual nos dice que el proceso
postoperatorio va a ser también complejo y duro”. No dijo en ningún
momento exitosa o que el enfermo se encontraba bien o recuperado. Por
nuestro lado supimos de una recaída en la madrugada del miércoles cuando
le sobrevino una hemorragia. Igual que le pasó en la anterior
operación. Luego el ministro de información, el veterano periodista
Ernesto Villegas, nos anunció en la página oficial del Minci:
“Confiemos en que, con el amor de millones, el Comandante se repondrá
pronto y vendrá a tomar el mando antes del 10 de enero. De no ser así,
nuestro pueblo deberá estar preparado para entenderlo. Lo irresponsable
sería ocultar lo delicado del momento actual y de los días por venir.
Nuestro deber es informar con aplomo y serenidad”. Más claro que ningún
otro vocero. Gracias…
MEDIO ES MI DEBER:
Quiero utilizar este segmento de mi columna para referirme a ciertas
acusaciones en mi contra por parte de personeros rojos rojitos que como
Rizarrita me han tildado de necrófilo por solamente informar en torno a
la salud del jefe del estado desde que el 25 de junio de 2011 informé
al país, con absoluta seriedad y respeto, de su grave enfermedad.
Igualmente en las posteriores operaciones y momentos difíciles de su
tratamiento me apegué a la información cierta, veraz y oportuna que
nunca me ha sido desmentida. Sé que el propio paciente -en dos
oportunidades en Cuba frente a Fidel y Raúl Castro- se refirió en buenos
términos a mi cobertura por respetuosa y cierta. No así algunos de sus
sicofantes que sin tener una prueba en la mano me meten en un combo de
“informadores” del que estoy muy alejado. En ninguno de mis escritos y
columnas he colocado la palabra muerte, muerto, moribundo o moribunda.
Reproduzco el significado que el Diccionario de la Real Academia de la
Lengua da a la palabra necrofilia. Uno es “Atracción que siente una
persona hacia la muerte y hacia todos los aspectos relacionados con
ella” y otro “Conducta sexual de la persona que tiene relaciones
sexuales con cadáveres humanos o siente atracción hacia ellos; se
considera una perversión o una desviación sexual”. El Diccionario Manual
de la Lengua Española Vox, 2007, va más allá: “Etimológicamente el
término Necrofilia, con el que se designa a esta filia, deriva de dos
palabras griegas, “nekrós” que significa cadáver, y “philein” que significa amar. Para Erich Fromm la necrofilia es lo opuesto a la biofilia, y es junto con la fijación simbiótica y el narcisismo,
uno de los tres mayores males de la humanidad. Según Fromm, la carencia
de amor en la sociedad occidental conduce a la necrofilia. El necrófilo
vive mecánicamente, convierte los sentimientos, procesos y pensamientos
en cosas. Tiende a querer controlar la vida, a hacerla de cierto modo
predecible. Erich Fromm afirma que, “puesto que la única seguridad de la
vida es la muerte para el necrófilo, éste anhela la muerte, la adora”.
No entro en ninguno de estos estereotipos como sí algunos rojitos. No
soy médico ni político. Soy periodista y dos artículos de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de los que
extraigo unos párrafos, me obligan: Art.57°: “Toda persona tiene derecho
a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva
voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión, y de
hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin
que pueda establecerse censura. Quien haga uso de este derecho asume
plena responsabilidad por todo lo expresado…Se prohíbe la censura a los
funcionarios públicos o funcionarias públicas para dar cuenta de los
asuntos bajo sus responsabilidades”. El 58°: “La comunicación es libre y
plural, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley.
Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial,
sin censura, de acuerdo con los principios de esta Constitución, así
como el derecho de réplica y rectificación cuando se vean afectados
directamente por informaciones inexactas o agraviantes”.
Mi pregunta tras leer éstos párrafos es ¿Quién ha cumplido con la
Carta Magna? ¿Yo o los funcionarios rojo rojitos? El cambio del lema
“patria, socialismo o muerte” por el de “hasta la victoria siempre,
venceremos” ¿quién lo decidió? Escribo esto también para un alto
funcionario militar molesto porque mis fuentes -que cada día son más
desde adentro del proceso- no han podido ser detectadas y amenazó con
detenerme o secuestrarme para que las revelara. En la teleconferencia de
dos horas -9 a 11 am.- del pasado lunes, entre los integrantes del alto
mando y los seis jefes de las “REDI”, Regiones de Defensa Integral,
hizo esa mención. Comprendo la angustia. No es para menos. Pero le
recuerdo que la FANB es de Venezuela y no del PSUV. Espero que haya
quedado claro…
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