El nombre quizás no le diga nada pero
se trata del secretario general del CNP en el estado Barinas. Es decir, el
jefe ejecutivo de los periodistas en la tierra de los Chávez. Un comunicador
social que como el 99 % de los colegas no hace más que cumplir con su trabajo y
honrar el compromiso adquirido con la sociedad cuando se toma la sagrada
decisión de ser periodista. Sin embargo el amigo Tarquino tuvo que emitir un
comunicado a nombre del CNP porque el jefe del Sebin en aquella entidad (léase
el jefe de la antes Disip), aprovechando una rueda de prensa en su despacho
tuvo la osadía de declarar que “los
próximos presos serán periodistas”. El tombo de la policía política del
gobierno, tal vez creyéndose o sabiéndose protegido por el Clan Chávez se da el
lujo de agredir con amenazas a todo el gremio periodístico de Barinas, porque
aun aquellos comunicadores que trabajan para el Estado y guardan silencio por razones
casi comprensibles, deploran en su fuero íntimo la sandez despótica de este gorila
disfrazado de policía que desdice mucho de la dignidad de serlo y le ofrece
flaco servicio al gobierno para el cual trabaja. No podemos envolver en este
comentario a todos los funcionarios del Sebin, y menos aún a todos los policías, porque conocemos a muchos de ambos
y sabemos que generalizar no es justo en ningún caso. Pero resultaría
interesante que los colegas y jefes del sátrapa que se disfraza de policía en
el Sebin-Barinas le recuerden que el mundo gira, gira y gira...
RECTA
FINAL
Los dados están lanzados. No hoy,
desde hace algún tiempo. He visto las dos campañas y una de ellas camina más
errática que la otra. A estas alturas todo el que va a votar sabe por quién lo
hará. Hacia ese segmento de electores apenas caben mensajes de salutación. La
escopeta hay que apuntarla hacia los indecisos. Hacia los que se sienten
decepcionados por el 7-10 y no quieren votar. Hacia aquellos que prefieren
pasar un día de playa.
Hacia los que planifican
un viaje y emigran el sábado. Y en especial a quienes pareciera no importarle
la suerte de su estado. Tanto de un lado como del otro. Tanto quienes podrían
votar por Barreto como por Istúriz. Tanto quienes se identifican con el
gobierno como quienes son opositores a Chávez. Pero eso no corre por cuenta del
elector sino de los estrategas de campaña. Los creativos del aspecto
comunicacional. Es posible que la logística sea impecable pero en ambos hay
fallas profundas en cuanto al mensaje y su direccionalidad. Mayores en Barreto,
pese al buen trabajo del comando táctico. Ya no hay tiempo aunque eso lo
advertimos en más de una ocasión. Apoyarse en el lugar de nacimiento tiene
facetas de xenofobia localista. Quizás me equivoque, pero en este estado hay
decenas de miles de votantes que nacieron en otras latitudes. Que vinieron a
trabajar y a echar raíces, o a una estancia de temporalidad larga o corta, pero
que se sienten a gusto e identificados con Anzoátegui. No creo que a ellos les
agrade sentirse discriminados. Y no vale argumento alguno en ese sentido.
Porque tampoco alguien fracasa como gobernante por no ser nativo del estado. Al
contrario, todos cuantos han fracasado son anzoatiguenses.
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