José Ángel Borrego.- Nos llegó a
través de Eudes Vera la respuesta a Felipe Pérez Martí de Adán González Liendo.
Pude no haber continuado la lectura cuando vi el título: “El bolívar divisa, el
dólar moribundo y la especulación salvaje”. Pude haberme ahorrado el resto del
tiempo pero como uno es terco imaginé a un alquimista financiero encontrando la
fórmula mágica que nos traía de regreso al siglo XXI luego de habernos
rescatado de las cavernas de Nicolás “Trucutú” Maduro y su “manejo” de la
Economía de Estado galopando en dinosaurio. Aparte de una imaginación
febrilizada por la paranoia antigringa y de un optimismo más salvaje que la
especulación nada aprendimos.
Una
de las ventajas del actual régimen es que pocos jóvenes recuerdan que A.Ch.
teníamos un bolívar fuerte. Cuando Chávez llega a Miraflores el dólar nos
costaba Bs 600 de los viejos, o Bs 0,60 de los nuevos. Es decir, con menos de
un bolívar de los de ahora comprábamos un dólar. Íbamos al banco y lo
adquiríamos. Bastaba llevar los bolívares y la autorización de Recadi. Si no
había al cambio oficial quedaba la adquisición en el mercado paralelo a un
precio poco más elevado que generaba corruptelas. Por eso el señor Chávez
prometió al país que no restringiría la compra de divisas aunque aceptamos que
estuvo obligado a hacerlo, aunque pudo usar parámetros más inteligentes y menos
trogloditas que los que le dictó Giordani, el “monje loco” de la Economía de
Estado. Hoy, volver a tendencias que apenas son historia que una vez vivimos no
es factible. Hace más de dos años le dije a un colega que ya este país no tenía
retroceso y ha sido así. Cada día estamos peor que ayer y mejor que mañana.
Solo fantasiosos enajenados imaginan que las avionetas ponen huevos. Y aunque
escucho casi a diario disertaciones sobre alguna voltereta económica de gente
que SÍ sabe del asunto, cada vez soy más escéptico y dudo de que al menos yo
pueda ver que aun la mejor vía que tomemos nos conduzca a un mejor destino. Y
créalo, no es pesimismo. Es objetividad pura. Nos quedan casi seis años por
delante que deberemos soportar estoicamente hasta que el cuerpo aguante o morir
en el intento. Muchos, sin opción distinta, fallecerán. Bien de hambre o porque
no pueden recibir terapias. Mientras tanto hay los que con acceso al Banco
Central se llevaron con empresas de maletín 20 mil millones de dólares tan solo
en el 2012. ¿Así se puede enderezar la economía? (¡No me venga en burro que es
mala bestia..!)
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