Utopías de Borrego: ¿Percepción errónea?

José ángel Borrego.- Definitivamente sí. Nos falló el olfato. Nuestro fraternal amigo Teodoro Petkoff dice que “deseos no empreñan” y debemos aceptar que nuestra catarsis de los últimos días no fueron más que deseos de que el país tomara un rumbo que con las detenciones de los alcaldes por órdenes expresas de Miraflores jamás va a encontrar ni fortuitamente. Con honestidad, habiendo consumido tanto material político en nuestra vida periodística, jamás imaginamos un panorama tan extremo. Chávez no habría tomado una decisión de tal naturaleza contra ciudadanos electos al igual que el presidente.

 Y mucho menos jugaría con la idea de pasar por encima de la ley para pretender, sin un referéndum y con la sola sanción disciplinaria de un TSJ que no es otra cosa que el apéndice jurídico del Poder Ejecutivo, despojar a los alcaldes de sus investiduras, cosa que hará, porque el máximo “tribunal” ya debe tener preparada una “sentencia” que le confiere fueros al jefe del Poder Ejecutivo para violentar la Constitución y las leyes. Se nos hace cuestarriba pero obligante suponer que las manifestaciones no cesarán lo que a su vez permite prever más muertes y más violaciones a los derechos humanos. Pero tenemos que hacerlo. Es nuestra obligación, como periodistas en este caso, advertir a la ciudadanía que debe prepararse para arremetidas bestiales de la fuerza pública. Bastará el chivatazo de un vecino al que le caigamos mal o que sepa que adulando puede lograr algo, para que conozcamos el tormento de chirona. Y hasta el fusilamiento por colectivos inadaptados. A llorar al valle y que Dios nos agarre libre de pecados.

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