Mientras
propietarios de negocios situados en el centro se quejan porque les colapsan la
entrada a sus locales y la ciudadanía clama por una ciudad más organizada y
planificada
El Tiempo.-
No es un sábado cualquiera en el centro de Anaco. Aceras abarrotadas de
personas que sortean obstáculos para avanzar y seguir caminando entre
“tarantines” que ofrecen todo tipo de productos, marcan la calurosa mañana que
transcurre entre gritos de “ofertas” por doquier.
Numerosos clientes,
ávidos de comprar, coincidieron en la avenida Miranda de la ciudad gasífera,
con la intención de adquirir un regalo. Sólo faltaban horas para la celebración
del Día de las Madres.
La fecha especial,
como otras del calendario, resultaba prometedora. En días
como estos, las ventas se incrementan y las circunstancias son aprovechadas por los buhoneros que
instalan sus puestos en la zona comercial más frecuentada.
El asunto es que no
todo es color de rosa, pues mientras los vendedores se ganan un dinero extra,
los transeúntes se quejan y los comerciantes también. Los primeros, porque no
hay espacio para caminar; los segundos, porque ven obstaculizado el acceso a
sus locales.
Marisol Pérez,
encargada de una tienda de ropa, es una firme oponente a que los buhoneros
ocupen los espacios públicos.
“En diciembre y en
fechas como el Día de la Madres, o del Padre, esto es insoportable. Aparte de
que los choferes piratas se convirtieron en amos y señores de la avenida y
tenemos que llegar a las 6:00 am para poder conseguir dónde estacionarnos, esos
puestos ambulantes entorpecen el paso hacia nuestros negocios, pero ningún ente
los organiza”.
Dijo que muchos de
esos vendedores tienen sus puestos fijos en el mercado municipal, pero
“prefieren ubicarse aquí”.
Otra comerciante
que mantuvo el anonimato señaló que
“algunos son colaboradores, como es el caso de la señora que está frente a mi
negocio”.
Abelardo Mouchaty,
propietario de una zapatería, considera que los trabajadores informales pueden
estar ubicados frente a los negocios legalmente asentados siempre y cuando los
dueños de los locales lo permitan.
En su opinión,
“nosotros nos comemos los mangos verdes durante todo el año y no es justo que
cuando aspiramos a comernos los maduros, nos hagan esto. Es necesario que
respeten los espacios públicos y la entrada de los establecimientos
comerciales”.
“Estamos bien”
Wilmer Risco, Juan
Mendoza y Gilberto Polanco, voceros del Colectivo Revolucionario Socialista de
Comerciantes Informales, señalaron que llevan más de cinco años organizados y
que el grupo, que tiene puestos fijos en la avenida Miranda, está conformado
por 70 personas aproximadamente.
Indicaron que el
número de vendedores se incrementa sólo en temporadas como Navidad y otros en
días especiales. De lo contrario, se
mantiene la misma cantidad.
“Nosotros no le
causamos daño a nadie”, afirmó de entrada
Risco.
Sostuvo que cumplen
con todas las exigencias legales.
“Sólo permitimos
que se ofrezca mercancía seca y tenemos nuestra permisología al día. Anualmente
son renovadas las autorizaciones emitidas por Hacienda Municipal”, señaló el
vocero.
Aseguraron que
mantienen buenas relaciones con los comerciantes, pues prevalece el respeto.
Dijeron que no han pedido ser reubicados, “porque estamos muy bien aquí”.
Acotaron que
en sus planes no está hacer esta
solicitud ante las autoridades municipales. “En caso de que nos saquen de aquí,
aceptaríamos el traslado siempre y cuando sea en lugar céntrico, de fácil
acceso, pues de lo contrario nuestros ingresos se verían afectados por las
bajas ventas”.
La joven Yenny
Alemán no dudo al responder: “Es
horrible. Deberían estar en otro sitio”
Desorden y anarquía
Mientras, los
transeúntes piden acciones contundentes. En un sondeo realizado por el equipo
del diario El Tiempo, ocho de diez
personas coincidieron en la necesidad de reubicar esos puestos.
Lisbeth Pinto, Ana
María Guzmán y Yenny Alemán están en el grupo de los que señalaron que la ciudad gasífera luciría otra
imagen si quitaran a los buhoneros del centro.
“Sería mejor si
estuvieran en un mercado que cuente con
espacios para poder observar la mercancía que ofrecen. Entre tantos gritos y
empujones es imposible que puedas detallar lo que venden”, dijo Pinto.
Guzmán expresó que
le desagrada ver una ciudad desordenada. “Esas mesas en la avenida dan la
sensación de atraso, de falta de organización y planificación. Ya es hora de
que acaben con eso. Entiendo que son padres de familia, pero deben estar en un
lugar que reúna mejores condiciones”.
La joven Yenny Alemán
no dudo al responder: “Es horrible.
Deberían estar en otro sitio”.
Autorizados
500 vendedores
informales fueron autorizados este año
por las autoridades municipales para que ofrecieran su mercancía en las
avenidas Miranda, Bolívar y calles adyacentes del casco central de Anaco a fin
de que trabajaran por el Día de las
Madres, según informaron voceros del
Colectivo Revolucionario Socialista de Comerciantes Ambulantes. La organización
tiene sus propias reglas entre las que figura la prohibición del uso de toldos
que obstaculicen el paso de los peatones o el acceso a los establecimientos.
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