“El Poeta”, como gusta hacerse
llamar, fue separado de las filas del PSUV por asumir comportamientos divorciados de la ética
y normativa roja. La ejecutora de la medida se cuidó de explanar detalles pese
a su fama de ser muy concisa en sus juicios y poco dada a solapar dictámenes.
Pero el mutis de Yalitza Santaella no omite nada que el pueblo portopiriteño
ignore. Si algo se le reconoce al alcalde Axel Rodríguez es su permanente
exposición a la luz pública. Las tropelías administrativas que le costaron su
permanencia en el PSUV obvio que no las exhibiría como hacía con su persona en
el malecón playero, a cualquier hora, compartiendo libares con amigos pescadores
o con viandantes conocedores de sus mañas bañadas de etilo. Conste que no
criticamos esta afición del alcalde porque es casi parte del gentilicio criollo
y en especial del nuestro.
Lo que mueve a reflexión es la oportunidad de oro
que perdió Axel Rodríguez -porque la perdió irremisiblemente- de forjar una
página histórica en el municipio Peñalver. Al alcalde le dijimos que Puerto
Píritu tiene más vocación turística que cualquier rincón del país, Margarita
incluida.
Que la laguna con su restinga contiene una belleza comparable al
archipiélago de la
Polinesia Francesa donde se ofertan las cabañas marinas más
costosas del planeta. Que los terrenos, baldíos casi que amagó expropiar son
escenarios potenciales para desarrollar atractivos dirigidos al turismo
internacional. Que otros sectores de su municipio son ideales para el
esparcimiento familiar con una ciudad vacacional de los trabajadores.
Que
conjugando estos y otros proyectos (sin costo para su erario) que les fueron consignados podría convertir a
Puerto Píritu en un “imán de taquilla” para gentes de todos los rincones del
estado y del país. Y que aún en aquél momento, pese al enfrentamiento con trabajadores
suyos que no recibían salario, no había caído en descrédito ni se había
enajenado el aprecio de aquella gente tan tolerante. Pero Axel se acuclilló en
su infuncional y apopléjica actitud y los vapores del “ratón” diario, ni aun
siendo poeta, lo ayudaron a sobreponerse a su propia intransigencia. Axel es un
abogado joven, relegado a temprana edad del PSUV, lo que le aleja el horizonte
para reeditar a Lázaro.