EFE.- La poderosa Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
de Colombia, que tiene cientos de miles de feligreses y es base
financiera del partido político MIRA, está en el ojo del huracán con
acusaciones de lavado de activos, narcotráfico y nexos con grupos
armados herederos de paramilitares.
Estos graves hechos se han aireado paradójicamente sólo después de
que la cofundadora de esta iglesia y matriarca de una saga de políticos,
María Luisa Piraquive, vertiera declaraciones discriminatorias contra
los fieles incapacitados.
Sus comentarios han despertado una gran polémica en un país
tradicionalmente católico, que desde 1991 contempla en su Constitución
la libertad religiosa y donde actualmente en torno al 20% de sus 47,7
millones de habitantes profesa cultos con tintes evangélicos y
protestantes.