Trabajadores del mar aseguran que sin cavas ni centros de acopio en sus
comunidades, el precio del pescado seguirá por las nubes. Gobernantes
afirman que esta situación cambiará.
Anzoátegui no es sólo petróleo y turismo, y esto
lo saben miles de familias que habitan en comunidades costeras que durante
décadas se han dedicado a la actividad pesquera.
Sin embargo, la mayoría aún practica el arte con
dificultades, mientras esperan a que se concreten los proyectos de
infraestructura ofrecidos por los gobernantes.
Desde 2005, los pobladores de Guanta aguardan por
el Núcleo de Desarrollo Endógeno (Nude) Cacique Toronoima en Volcadero, y los
del sector Las Tres Playas en Barcelona por el de Maurica, el cual está
construido, pero fuera de funcionamiento.
Los de Lechería disfrutan a medias del Nude Santa
Rosa, el cual no tiene almacén ni cadena de frío por problemas de drenajes,
mientras que en Isla Guaraguao no se puede construir nada porque se supone que
esta zona debe desalojarse por medidas de seguridad de Petróleos de Venezuela (
Pdvsa).
Por esto, las comunidades pesqueras de la zona
metropolitana deben entregar gran parte de las especies que capturan en el día
a los expendios privados y municipales, porque no tienen dónde refrigerarlos.
Según lo explicado por los pescadores consultados por El Tiempo, esto es lo que
mantiene el precio de este rubro “por las nubes” .
Sin condiciones
Víctor Aguilera, vocero del Consejo de Pescadores
de Los Boqueticos y Los Cocos, en Puerto La Cruz, explicó que no cuentan con
suficientes implementos como motores fuera de borda y redes.