Utopías.- El término afín más importante de
esta palabra es amigo. Un aliado
tiene que ser necesariamente un amigo. De lo contrario esa alianza padecería de
una aleatoriedad inconveniente cuando menos. Los aliados de Chávez obtuvieron
más del 21 % de los votos que lo reeligieron presidente. Traduce ello que en
buen lenguaje de amistad y compensación a los aliados del PSUV deberían
corresponderles 4,89 gobernaciones. Cinco para redondear con total justicia. Y
de esas cinco gobernaciones al PCV que obtuvo 450.000 votos le corresponde el
26 %, es decir, 1.3 gobernaciones apoyado por todo el GPP. Pero una cosa piensa
el PCV en cuanto al significado de las alianzas, que sin ellas Chávez no habría
ganado; y otra piensa Chávez en cuanto a repartición de gobernaciones. Por ello
no quiso abrir el compás ni el paraguas y designó con su dedo mesiánico a gente
de su partido y de su entorno exclusivamente dejando por fuera líderes
meritorios que tuvieron que inscribirse por su cuenta poniendo en riesgo el
éxito de ambos, porque cada uno necesita del otro. Y aunque el PCV fue bien
honesto y advirtió situaciones como la del estado Bolívar, por ejemplo, Chávez
mantuvo a su general pese a las denuncias comprobadas de corrupción que le
consignó el PCV sobre lo cual, por principios de amistad, no ha querido meter
bulla. Sin embargo, a buen entendedor pocas palabras y el mutis del Presidente
envía un mensaje muy claro sobre la importancia que para él tiene el PCV.