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miércoles, 9 de mayo de 2012

UTOPÍAS DE BORREGO: EL OPTIMISMO DE OMAR


Hace ya cierto tiempo le comentábamos a Omar González Moreno que según  nuestra modesta percepción este país no tiene componte. Omar no comparte el pesimismo, porque a su entender “aquí hay mucho petróleo”. Cierto, bajo un concepto bien pragmático. Pero ¿cómo influye el petróleo en los valores éticos perdidos? Y mucho más allá, ¿cómo transamos petróleo por cultura? Voy a exponer un ejemplo sencillo. 

Entre lunes 7 y viernes 11 de mayo tan solo en Caracas hubo 50 secuestros. Algunos plagiados narraron al periodista que en un mismo vehículo trasladaban a más de una víctima. Digamos que, en el mejor de los casos solo 20 % de ellos pagó rescate a un promedio de cinco millones por secuestrado. Eso son 50 millones de bolívares (fuertes) en apenas cinco días. ¿Cómo hacemos para erradicar los secuestros a punta de petróleo? Imagino que Omar pensará en una mejor policía que con buenos sueldos pagados por el petróleo, sea capaz de garantizar nuestra seguridad. Pero, ¿de dónde sacamos esos policías y cuánto les pagamos? Porque muchos de los oficiales de los cuerpos policiales aparecen involucrados en los delitos. Y se supone que son pocos los agentes activos como delincuentes que se descubren porque el resto es más técnico o más prudente. ¿Es acaso inteligente poner la vida en manos de agentes de policía que tienen dos y tres blackberrys a la vista de todo el mundo? Esos señores tampoco tienen componte. 
Nadie va a decirles que utilicen celulares acordes con sus ingresos. Ellos están controlados por las mafias de las drogas, de la prostitución, de los ladrones de carro, de los asalta bancos, del contrabando y de cuanta actividad delictiva genere dividendos como para adquirir buenos equipos de toda clase. No hay petróleo que valga ante esa cruda realidad. El Gobierno nacional permitió que la decencia del país se escurriera entre los dedos de la ineptitud oficial sin la más mínima actitud profiláctica. Ahora no hay petróleo que valga. Mientras más se extraiga del subsuelo más billete hay expuesto a la incursión criminal. 

No es posible producir más petróleo sin generar más dinero. Y tampoco es posible ingresar más dinero sin excitar la ambición delictiva. Un círculo infernalmente vicioso.