Animales muertos, amarrados en sus extremidades, basura por doquier y “borrachitos” que deambulan o duermen en el lugar forman parte del paisaje en zona costera de Puerto La Cruz.
EL TIEMPO. Este era el paisaje del Paseo Colón el viernes pasado en la mañana: cuatro patos negros muertos, amarrados de sus extremidades inferiores, y dos ratas bañadas de sangre a pocos metros del dibujo de una pareja agarrada de manos que se apreciaba sobre la arena de la bahía de Pozuelos.
Quienes caminaban por la costa estaban asombrados y decían entre ellos “pobre al que le hicieron esa brujería”.
Según algunos creyentes de la magia negra, el sacrificio de animales sirve como ofrenda a los santos, quienes supuestamente después de la muerte de estos seres ceden a las peticiones que realizan los hechiceros.
María Brito, una vecina del ahora Paseo de la Cruz y el Mar, quedó aterrada con lo sucedido. “Por qué tienen que matar a esos animalitos. Si tienen un deseo, que se hagan daño ellos”, dijo Brito, de unos 70 años aproximadamente.
Algunos trabajadores del Paseo Colón aseguraron que la ejecución de brujería en estas playas era lo último que faltaba por pasar en el lugar “supuestamente turístico”, dijo un joven indignado por la situación.
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Recordemos que la llamada "Maldición de la Cruz y el Mar" ronda los predios del municipio Sotillo. |
Los comerciantes de la zona porteña manifestaron necesitar más presencia policial. Ellos dicen que en muchas oportunidades, los amigos de lo ajeno han robado a sus clientes.
“Si hicieron un ritual de brujería en plena playa y nadie se percató de lo acontecido, imagínese la seguridad que nos brindan los policías”, estas fueron las palabras de un vendedor de refrescos y agua, quien prefirió reservar su nombre por miedo a represalias.
Basura
Varios caminantes de la playa del Paseo de la Cruz y el Mar estuvieron de acuerdo al afirmar que uno de los problemas más graves de este lugar es la basura.
Es fácil toparse con botellas de licor mientras se camina por la orilla de la costa.
Jorge Romero, trabajador de un peñero, aseguró que todos los días un grupo de limpieza barre el lugar. “El problema son las personas que ingieren bebidas alcohólicas en las noches y botan los recipientes donde les da la gana”, dijo el lanchero.
Tres estudiantes del colegio Francisco de Miranda recolectaban latas para un proyecto de reciclaje. Al preguntarles por qué iban al paseo a buscar las latas, ellas dijeron “siempre que venimos hay un cerro de potes de aluminio, así que decidimos venir hasta aquí para buscarlas”.