José Ángel Borrego.- Dijo alguien, ignoro si a tono de
guachafita, que Chávez tenía una deuda que cobrarle a Aristóbulo y por ello lo
designó candidato en Anzoátegui. Como en el PSUV nadie tiene derecho al disenso
ni protestaron quienes aspiraban tal unción y mucho menos Aristóbulo. Diosdado
no rechazó de forma pública la nominación, pero dicen también, que le mostró
encuestas al Presidente que no dejaban lugar a dudas sobre su previsible
fracaso electoral en su propio pueblo. De Aristóbulo no existía medición alguna
porque ni siquiera el propio Istúriz esperaba esa sorpresa. Y algunos altos
dirigentes rojos en esta zona aseguran que existe una conspiración contra el
candidato. ¿La razón? Si Aristóbulo gana se queda como mínimo dos períodos, es
decir, ocho años.
Si triunfa Barreto los actuales aspirantes podrían optar
dentro de solo cuatro años. Y la forma de lograr la derrota del candidato
oficialista es ordenarle a la gente afecta a cada dirigente que se abstenga o
que vote por el adversario.En esa onda andarían Tarek, Johnathan Marín y
Nelson Moreno. No me atrevo a asegurarlo pero tampoco a negarlo. En ese
mundillo las zancadillas son permanentes. Solo una cosa me obliga a reflexionar.
Si la derrota es en todo el estado la culpa será volcada sobre Saab. Si es en
Guanta la paga el alcalde y si es en Puerto La Cruz se inmola Nelson. Pero los rumores al efecto
son crecientes. Y la ausencia de Chávez (aunque haya retornado esta madrugada)
en nada ayuda a Aristóbulo.
