Había decidido alejarme del trajín
político-periodístico. Pero hay cosas que nos obligan a exponer nuestro asombro,
por lo menos. Ayer cayó una encuesta en nuestras manos sobre la elección de
diputados (legisladores) del parlamento del estado Anzoátegui. A la pregunta “¿Sabe usted el nombre del aspirante a
diputado de su circuito?”: 91 % respondió que NO. 4 % dijo que SI. 5 % No conoce que existen esos diputados. ¿Sabe los nombres de los aspirantes a
diputados por lista?: 93 % negó
conocerlos. 2 % que SI. Y 5 % idem. Y a las preguntas específicas, sobre
intención de voto, sólo en el Circuito 4
(Puerto La Cruz,
Guanta y Lechería) existe la definición de que será elegido el aspirante de
oposición. Y esa elección la impulsa la sumatoria de Urbaneja (Lechería, El
Morro) donde la votación se inclina 81 a 11 % contra el aspirante oficialista
(Julio Millán) con 8 % de indecisos, lo cual no es más que la repetición de la
paliza que recibió en ese mismo circuito la dupla de Nelson Moreno y Frasso en
las elecciones de la
Asamblea Nacional. Para los diputados lista hay uno por bando asegurado y uno en disputa
inclinándose levemente a favor del oficialista. Y en los demás circuitos la cosa
está bien peleada. Pero lo relevante de la muestra es que NADIE conoce a sus futuros “representantes”. Y peor aún, no saben
que ellos existirán, ni por el lado oficialista ni por la oposición. Porque
aunque alguno que otro es muy conocido (Nelson Moreno, por caso) el elector
ignora que encabeza la lista del PSUV. Conclusión: Elegimos a ciegas a diputados fantasmas.