Como el oficial del Ejército que era, tal vez resultó inevitable que
Hugo Chávez nombrara sus gestas políticas durante 14 años en el poder
con la jerga del cuartel: sus grupos de base electorales eran
“batallones” y sus programas de asistencia social, “misiones”. Pero que
su sucesor en la presidencia de Venezuela, Nicolás Maduro, un civil
exdirigente sindical, busque no sólo preservar ese lenguaje sino hacerlo
literal a la hora de conducir la sociedad, parece un despropósito,
publica El País de España.