Expediente Público.- José Ángel Borrego. La oposición cambiará la data del 23
de Enero (ignoro cómo) y realizará la marcha que pensábamos se hacía en
conmemoración a esa fecha democrática, por temor a una confrontación con un
acto similar convocado por el PSUV para el mismo día. Esta contramarcha denota
el pobre nivel de liderazgo que ostenta la oposición y el paupérrimo ejercicio
parlamentario del mismo bando. Que me disculpe el fraterno hermano (y pido se
me acepte la redundancia) Omar González Moreno, pero jamás en la historia
republicana el país había tenido un parlamentarismo tan mediocre como el que
dice representarnos. Un grupo de personajes desfasados por obsolescencia
cerebral que para nada sirve a los intereses de más del 50 % del país que
(lamentablemente) los eligió. No es posible que un diputado declare que podría
haber una nueva fecha para evitar un
episodio callejero. Aunque con seguridad se alegará que el oficialismo no oye
ni transige, no me queda duda de que si esa situación se hubiera conversado con
la directiva de la AN
(me consta que no se hizo) porque aun entre diputados que disienten
políticamente, debe imaginar uno que todavía son personas y aceptarían que los
dos actos, como ya ocurrió alguna vez durante este gobierno, pudieran convivir
en santa paz. Diosdado Cabello no se habría negado a exigir a sus compañeros un
día pacífico. Igual Maduro y otros altos jerarcas del PSUV y del gobierno. Pero
la oposición prefiere esconder el rabo entre las piernas y huir intentando con
ello que el país admire este gesto pacifista que nos deja estupefactos. Razón
tiene Chávez: aquí no hay oposición.