ALTO EL PACIENTE: Hasta ahora cinco presidentes latinoamericanos y
Fidel Castro han sido los voceros más crudos -¿o realistas?- en torno a
la enfermedad cancerígena del presidente Hugo Chávez y las secuelas en
su humanidad. Rafael Correa cuando alertó de la delicada operación;
Fidel anunciando que habrá que seguir luchando aunque no esté; Evo
reconociendo que no lo visita por lo delicado que está; Ortega que
conmovido abogó por su difícil recuperación; Santos que espera mantener
buenas relaciones con su supuesto sucesor y Dilma que llamó más bien
para informar a Maduro que para saber del paciente. Me dijeron que la
brasilera -que tiene diario contacto con los médicos del hospital Sirio
Libanes de Sao Paulo que han visto a Chávez en anteriores operaciones-
llamó para indagar hasta donde el vicepresidente sabía la realidad de
las dolencias del caudillo pues al tenor de lo que leía en la prensa a
través de los comunicados oficiales llegó a pensar que era por
desconocimiento-y por secretismo cubano- que no decían nada más. Ella
sabe, día tras día, la evolución del enfermo. Ayer, desde la noche del
lunes, el presidente pasó por momentos de un estado estable a uno
crítico. Le volvió la fiebre. Fue llevado al pabellón para practicarle
una traqueotomía de emergencia debido a las complicaciones
respiratorias. El esfuerzo médico es para evitar a toda costa una
descompensación de sus signos vitales. Es lo más importante así como
evitar que cualquier infección se propague. Por ello lo tienen aislado…