José ángel Borrego.- Pese a opiniones divergentes (que se
consiguen) de Aristóbulo me satisfacen dos actitudes. Que le está poniendo un
cerro al trabajo y que contrario a su antecesor habla muy poco. Por contrario
imperio, como dirían los abogados, nada indica que el señor Maduro trabaja
aunque plagiando a su antecesor es incontinente e inconveniente. Antes amenazó
con un 27 de febrero olvidando que él es el gobierno. Ahora amaga con enfrentar
a los empresarios que hagan uso especulativo del dólar. Quizás para Maduro un
comerciante que hasta antier vendió una lavadora en Bs 2.500, si ahora la negocia
en Bs 3.662,75 es un especulador y hay que confiscarle la mercancía. Pero
resulta que ese nuevo precio de la “chaca-chaca” es exacto al 46,51 % de la
devaluación del bolívar raquítico. Pero como este nuevo precio combustiona la mirada de un ministro
pantallero ese importador es especulador y hay que lincharlo. ¿Qué sucederá?
Nadie querrá importar después de que el primer comerciante sea atracado por la
vindicta oficial. Y eso, señor Maduro, traerá mayor escasez, que para efectos
electorales es más corrosiva que la inflación. Aparte de que esos arranques
despóticos no le hacen nada bien a su aspiración inmediata porque usted no es
Chávez ni tiene la experticia para convertir el discurso en expectativa. Quiera
o no, Maduro debe idear un estilo propio de gobierno que le permita acercarse a
los sectores que se le están alejando, que en términos globales son todos. O
sus gobernadores le dirán “no me ayudes
tanto, compadre..!” .