Aspiramos que el concejal Gerardo
Díaz no se moleste por estos comentarios pero su respuesta ante los
señalamientos de haber cobrado peaje al alcalde Stalin Fuentes por aprobar créditos
adicionales no satisface. Nos suenan vacua. Por regla general las respuestas
altisonantes generan suspicacias, pero las muy frías promueven igual
percepción. Y aunque conocemos, por vía oficiosa, que en ocasiones, no pocos
concejales, toda la vida han apelado a este expediente para complacer
petitorios del alcalde, imaginamos que tal vez por ser todos de una misma
camada política podían exonerarse las penalidades usuales para camarillas
heterogéneas. Pues no, según hemos leído en “Expediente Público” el alcalde
Fuentes debió apearse de la acémila con 250 rupias fuertes, lo cual no es mucho
pero emerge la interrogante sobre la procedencia de aquella dádiva subrepticia.
Supimos de un alcalde que otorgaba un contrato a alguien de su entera confianza
para que “su comisión” fuera distribuida entre algunos o todos los munícipes
para que realizaran, por ejemplo, un viaje al extranjero. El denunciante no
aclara nada al respecto y la contraparte poco aduce más allá de intentar darle
al asunto un cariz de poca monta. Pero algo nos recuerda que “en aquella apartada orilla donde la luna
brilla están friendo morcilla…¿a usted no le da el olor, amigo lector?”.