Leandro Area.- Ahora
me entero que vivo en Nicolandia un país donde los niños son felices y lloran
más; que limita con uno no sabe quién, y donde un gentío se esconde con más
olfato que honor de saurios que de todo género dominan y germinan por estos
orinales.
Ahora me entero pues que Nicolandia es nada
más que selva de petróleo administrada por militares que dan órdenes a personal
civil pero que al fin y al cabo, como dicen en Wall Street, sigue siendo
proveedor seguro y para más confiable de suministros energéticos. Con esa línea
de neón en el currículum, “sería suicida”, exclaman miedosos y sartreanos en
Europa y demás, tomar en cuenta los principios. ¡Qué se jodan!
Ahora
me entero también, que yo vivo allí o aquí, que no es igual decir en desapego,
y que mis antepasados, ese mapa arbitrario e inconcluso de olvido, se
desgañitan sin éxito para ser exhumados y enviados a cualquier parte, que ya es
algo, y ver si por fin pueden dormir en paz hasta más nunca.
Y
aunque me cueste, ahora me entero que aquella cosa llamada Venezuela en la que
yo creía existir, aparecida en mapas, diccionarios y demás coordenadas,
desapareció de nuestras vistas, ¡plof!, porque a los ya citados saurios se les
ocurrió de golpe y a mansalva, y los dejamos y así les fue de fácil, imponer su
código cubochavista. Y así abrieron o se inventaron cloacas que ni pendiente de
carroña.
Porque
al fin de cuentas, si te pones a ver, parecíamos civilizados; votábamos de lo
más democráticos, leíamos y escribíamos, recitábamos la tabla de multiplicar, y
hasta firmábamos documentos dentro del convencimiento de aquella cosa
rimbombante mentada Estado de Derecho. También sabíamos que verde no es rojo ni
amarillo, y dejábamos pasar a los otros cortésmente y hasta ofrecíamos, en
actitud de quijotes tropicales, puesto a señoras y ni se diga a embarazadas
incluyendo en mención a los ancianos y muchachas bonitas.
Mas
ahora me entero, un poco tarde ya para variar, que en Nicolandia más vale una
hojilla que un título universitario, entendiendo por tal documento que confirma
un saber y una honra, y que un “marico” como expresión de desprecio significa
más que un abrazo de hermano.
Porque
es que los saurios infectan por doquier; exudan de cuanta víscera escondida
pueden todo el mal que digieren por dentro para así marcar territorio, invadir,
acoquinar, enjaular, y tanto eso es así que hasta uno se siente obligado a
escribir sobre ello pudiendo dedicarse en vez a asuntos menos sórdidos. Ahora
me entero que “millones y millonas”, como lo expresa el rey de Nicolandia, es
en el fondo y aunque él mismo no lo haya entendido, una orden y una advertencia
de que los suyos pueden acabar con todo, destruir, cual hormigas en barahúnda,
no dejar nada indemne. “Arrasen, den miedo, somos millones y millonas”, es el
mensaje implícito y explícito detrás y delante de esta boutade que no chiste,ni
tan siquiera brutalidad gramática, sino fascismo del más elemental y puro,mi
muy querido Watson.
Porque
es que ni la lengua han dejado en pié y menos aún tan siquiera los símbolos que
orientan la vida cotidiana de los pasajeros en tránsito que somos, pues
ciudadanos sería un bolero no más decir. De las instituciones ni se hable. De
la ciudadanía, no toques ese vals, cierra ese piano.
Mas
ahora me entero además, tarde es nunca, tomo conciencia pues, que esto para
medio parapetearse necesita más que de agua, cepillo y jabón, creolina es poco,
para que Nicolandia que es “tan mala como Chavelandia pero una ñinguita pior”,
recobre alguna apariencia cercana a la vergüenza. Empecemos en diciembre
votando por los candidatos de la unidad democrática. Después veremos.
Cuanta verdad hay en su escrito de opinión. Como añoramos aquella Venezuela en que vivíamos felices, ¿pero quien tiene la culpa? ¿no será acaso, que nos acostumbramos a vivir en la chavezuela o en la Nicozuela como usted dice?...... ¿Dónde están la otra mitad de esta Nicozuela? ¿acaso están creyendo que ganando las elecciones de Alcaldes y Concejales vamos a volver a nuestra añorada Venezuela ? (y no me estoy refiriendo a la cuarta). Acaso no nos hemos dado cuenta que los últimos acontecimientos son un pote de humo para la urgente aprobación de la Ley habilitante para legislar e instaurar Las Comunas (el primer paso está dado con la aprobación de la ley en 2010) y así desmontar las Alcaldías y Concejos Municipales en caso de perderlas el 8D............En verdad somos tan bolsas para no darnos cuenta.
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