Castigado por el desplome de sus
ingresos petroleros, el Gobierno de Venezuela ha tenido que encauzar su
menguante flujo de dólares para comenzar a cumplir con elevados vencimientos de
deuda a costa de recortar importaciones, incluso las de alimentos.
Este lunes el gobierno socialista
disipó los temores del mercado y anunció que cumplió con el primero de varios
vencimientos de bonos por 1.000 millones de euros, en un año donde Venezuela
debe cancelar otros 9.000 millones de dólares en compromisos de deuda externa.
De esta forma, demostró que sigue
ocupándose en pagar a los tenedores de bonos del mercado internacional y evitar
así poner en riesgo tanto los cuantiosos activos que el Estado tiene en el
exterior como la mayoría de las divisas que recibe por las exportaciones de
petróleo.