José Ángel Borrego.- El Vicepresidente Nicolás Maduro
declaró la semana pasada que haría anuncios importantes en materia de economía.
Más que información aquello sonó a amenaza. ¿Qué podría decir Maduro que
resulte verdaderamente importante? El gobierno fue sorprendido por el alboroto
de la devaluación habida cuenta de que desde trincheras opositoras no había
quien no expresara la necesidad de tomar una medida de esa naturaleza, incluso
más enfática. Bs 9 por dólar fue la
media de analistas no afectos al oficialismo. ¿Qué lectura puede contener esa
reacción negativa en especial de sectores populares? Que no es la oposición
quien insufla la protesta sino todos cuantos necesitan comer, es decir, todos y
muy en especial los sectores más empobrecidos que acusan con mayor vehemencia
el impacto de esa merma del 45,51 %
que afecta sus bolsillos. Ante ello el Gobierno cuenta solo con dos opciones:
(a) incrementar el salario mínimo para cubrir esa diferencia, lo cual
beneficiará solo a quienes trabajan y dejará por fuera a millones de
compatriotas que insistirán en protestar aunque deban esperar las próximas y no
muy lejanas elecciones presidenciales, o (b) anunciar medidas efectistas como
perseguir al especulador (lo que realmente hace falta) pero para ello el
Gobierno deberá contar con un equipo de trabajo que demuestre ese factor con
modelos matemáticos, lo que no existe en la administración pública. De lo
contrario esa respuesta también se revertirá en contra de Maduro aun con la
máxima profusión publicitaria al efecto.