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jueves, 3 de mayo de 2012

UTOPÍAS DE BORREGO: PSUV: ¿QUÉ HACER?


Lo más grave que acontece al partido oficial no es la enfermedad del líder porque aun los caudillos tienen su preaviso. El quid del embrollo radica en la poca (o ninguna) experiencia democrática del PSUV en momentos críticos en que requiere de un liderazgo manoseado por el debate político trascendente, decisorio, competitivo e inteligente. La ausencia de ese factor impide que sea la vía democrática quien determine la sucesión candidatural, que pasa, entre otros puentes, por la designación del nuevo vicepresidente. En el PSUV jamás ha existido la controversia que encuentre respuesta en una postura mayoritaria. En el PSUV la mayoría es Chávez. La primera y última palabra la tiene Chávez. Las propuestas todas son de Chávez. 
 No hay materia en la que el Presidente no sea la única voz cantante y aprobatoria. El gabinete ministerial existe de Miraflores hacia fuera, pero en Palacio es afónico. Mudo. Inexistente. Más inútil que teta de hombre. E igual sucede en el partido. Y no que lo digamos nosotros. Lo reconocen todos los involucrados en la sumisión que se rinde a Chávez. Uno de sus hombres de mayor peso dijo en cierta ocasión, sin pudor ni rubor, que sin Chávez él sacaría menos de diez votos. Los demás (incluido el auto-castrado de la anécdota) mantienen un pugilato para suplicar la atención del líder. Para que el Mesías los mencione. Los mire. Les sonría. Les eche un chiste aunque fuere malo. O utilice sus brazos como muletas. De esa forma (gracias a Dios) no se hace un partido ni se preserva la democracia. La idolatría hacia un hombre, señalaba El Libertador, es peligrosa para una nación. Aunque lo más relevante es que impide que el partido lo sea realmente. Esa es la tragedia del PSUV. Muy grave porque lo de Chávez no tiene retroceso. 
 
El milagro que clamó en TV no va a producirse porque el cáncer atropelló la posibilidad de la ciencia. Es bien lamentable porque nos habría gustado que la lid electoral fuera con Chávez, no disminuido en sus facultades, sino como el guerrero que siempre ha sido. Para el país quedará una duda que solo Chávez puede despejar si es derrotado. El suplente no pasará de ser un “segundón” con charreteras de sargento. Desde luego, por esa atrofia causada al PSUV no hay un líder de relevo…por ahora.