Un especialista en materia ambiental
comentó en un programa radial, que le hizo a Julio Millán, gerente de la
cementera contaminante de Pertigalete, una observación sobre el grave perjuicio
que ocasiona a las poblaciones vecinas del sector. La respuesta de Millán fue
la típica excusa de quien alcahuetea al gobierno antes que defender al
ciudadano. “Esa planta es vieja”,
dijo el referido gerente, como sentenciando la inutilidad de cualquier esfuerzo
que se realizara para paliar el criminal daño que se hace a la gente. Durante
el programa, un vecino de Guanta telefoneó al programa para señalar que el
mismo ejecutivo de la cementera es quien aspira la diputación por el Circuito
que abarca a Lechería, Puerto La
Cruz y Guanta. Poniendo en duda que este personaje pudiera en
algún momento defender los intereses de una comunidad por encima de las
conveniencias de su gobierno y de su partido (PSUV). Como prefiero indagar
antes de emitir juicios sobre materias que ignoro, conversé con un ingeniero,
ex gerente de esa planta por muchos años quien asegura que la realidad es
sencilla. Los filtros que protegen contra la contaminación están dañados y
vencidos en más de un 90 % y no existe política de mantenimiento en esa
empresa. Y agregó el ingeniero que “quien
preside ese complejo industrial es la esposa de Elías Jaua, designada para ello
solo por tal filiación. Y quien lo gerencia es un abogado que nunca había visto
un saco de cemento”.