AFP- Los venezolanos reconocen en el Presidente encargado y Canciller del regimen, Nicolás Maduro,
heredero político de Hugo Chávez, su trayectoria internacional y confían
en que se mantendría “cerca del pueblo”, pero también dudan de su
estatura política al haber permanecido hasta ahora a la sombra del
carismático mandatario.
Todavía impactada por la recaída de Chávez, que este martes se
sometía a una delicada operación contra el cáncer en Cuba, Helen
Contreras, una cocinera de 50 años, defiende la designación de Maduro,
un ex líder sindical del Metro de Caracas.
“Lula fue un obrero y lo hizo muy bien como presidente de Brasil, que
Maduro haya sido chofer de autobús no le resta mérito” para liderar en
Venezuela, opina Contreras, sin dejar de lamentarse por la convalecencia
de Chávez. “Si yo tuviera poder para sanarlo…”, suspira.
Contreras se encuentra en la céntrica plaza Bolívar de Caracas, donde
una veintena de chavistas siguen en la llamada “Esquina Caliente” el
primer discurso de Maduro por la televisión oficial, luego de ser
designado el sábado por Chávez como su heredero político.
“Toda persona que surge desde abajo sabe cuál es el verdadero sentir
del pueblo”, dice Milagros Acosta, entre gritos de “¡Viva el
comandante!” de los simpatizantes, que se hacen eco de las palabras del
vicepresidente en televisión.
Maduro, de 50 años y también canciller, asumirá la presidencia
temporal y será el candidato oficialista en las elecciones que, según la
Constitución, deberían convocarse en un plazo de 30 días, en caso de
que Chávez quede “inhabilitado” para gobernar tras la operación.
Esta es la primera vez que el líder venezolano habla de un eventual sucesor.
Con una estatura imponente y una sonrisa de bonachón bajo un poblado
bigote, Maduro es considerado uno de los colaboradores más fieles del
mandatario, a quien ha acompañado en casi todos sus viajes a Cuba por
motivos de salud y este lunes ratificó su lealtad incluso “más allá de
esta vida”.