Además de vivir en una Aldea Global como previó Marshall Mcluhan, lo hacemos también en un mundo umbilicado que percibe la más mínima señal de cada uno de sus componentes. En la anterior situación que conmovió hasta los cimientos de Occidente alguien le susurró al Presidente que dada nuestra acumulación de dólares seríamos baipaseados por el problema, lo que desde luego no ocurrió. Frente al actual drama ocasionado por la política caribe de algunos diputados republicanos, el Presidente, antes de que sus pitonizos hablaran, advirtió la posibilidad de que la crisis pudiera afectarnos.
Y ya comienzan a sentirse los efectos epidémicos del bajón del espectro económico que en este país se refleja en los precios del petróleo (por ahora…) y se genera una gran incertidumbre ante el retroceso del mercado. Chávez ha percibido mejor los vaivenes de la globalización que sus ministros del área económica y por ello referíamos en días pasados que la economía es la “pata coja” del gobierno. Aunque no porque el Presidente entienda que habrá crisis los efectos se amortiguarán para nosotros, pero al menos sabemos a qué atenernos. Porque dependemos, no de los 40 dólares por barril con que se elabora el Presupuesto Nacional, sino a esa estimación, más el excedente y más los endeudamientos ya rutinarios.
Tomado de Utopías del periodista José Ángel Borrego
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