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miércoles, 12 de diciembre de 2012

Utopías de Borrego: El "affaire" del elevado porteño y Los bonos y el Presidente


José Ángel Borrego.- Si alguien debe ser imputado por el affaire del elevado de Puerto La Cruz es el alcalde Stalin Fuentes. Eso solo ocurriría, no porque la obra haya sido ejecutada con anomalías, sino por no haberla licitado pese a que supera con creces el mínimo requerido para la consulta abierta (o al menos privada con varias empresas que demuestren su calificación, avales y capacidad financiera) y excede el máximo de la potestad administrativa del alcalde. Esa flagrante violación, debidamente documentada y soportada, puede ser presentada al Ministerio Público por cualquier ciudadano. De lo contrario la Fiscalía no tiene velas en ese entierro porque no puede afirmar que hubo violación, dada la presunción de bona fide y por tanto es injustificado el reclamo a la Fiscal Superior Katiuska Bolívar. Ese organismo no actúa sobre suspicacias que no hayan sido documentadas expresamente. En cuanto a la mala calidad de la obra tampoco es un delito hasta que se demuestre que contiene un perjuicio para el Estado. No sabemos si el contratista, poco ducho como lo evidencia su pésimo trabajo, asumirá con su propio peculio el resarcimiento del daño que se pudo haber ocasionado. Si esto es así, que puede serlo al presumirse tan elevado beneficio contable, no existe daño al Patrimonio Público y por ende tampoco hay delito que imputar en la mala calidad del trabajo, aunque sí lo habría por el perceptible sobre-precio que también debe ser cuantificado y presentado a la Fiscalía, no como acusación, sino para que sea investigado. En todo caso (lo que podría ser un delito menor o una falta grave) es factible una sanción al empresario por acometer un proyecto que escapa a su experticia, lograda la buena-pro fraudulentamente mediante presuntos recaudos írritos o por tráfico de influencias. Y recaerían correctivos al alcalde por no investigar a quien contrata, o por supuesta complicidad con intención de dolo.