Al exgobernador de Anzoátegui le
tienen sin cuidado ”los disparos” de cualquiera de los bandos políticos, porque
-asegura- no forma parte de ningun.
El Tiempo.- Está sentado para
almorzar en el pulcro y elegante restaurante del Chacao Suites, un hotel casi
desconocido en esta ciudad que él asegura le hace un descuento sustancial a la
tarifa general de 1.500 bolívares la noche. David De Lima, el polémico exgobernador del estado Anzoátegui, ostenta
un aura de tranquilidad espiritual que sorprende.
“Soy un hombre feliz”, enfatiza, tal vez porque, aunque insiste en
que hará política hasta su último soplo de vida, en realidad ocupa toda su jornada diaria
actual en el bufete que tiene con Aldo Cermeño, el exgobernador copeyano de
Falcón y su excompañero de estudios
Pablo Carrillo, amén de las importaciones de material quirúrgico y hospitalario
que trae de China y Alemania.
Atacado por tirios y troyanos,
David De Lima se sosiega analizando el
tuétano político de quienes lo
adversan: “Ni Tarek (William Saab) es de izquierda ni toda la oposición es de
derecha”.
-El público ha visto con sorpresa
su reaparición política, y mucho más el terreno incierto desde el cual la hizo.
Nadie puede afirmar hoy al 100% si es usted definitivamente chavista o
definitivamente opositor. Por fin ¿en qué bando está usted?.
-La pregunta encierra algunas afirmaciones que caracterizan a la
sociedad venezolana de hoy y que, en sí mismas, son lamentables. Por ejemplo,
es verdad que Venezuela está dividida en bandos, y eso es triste. El liderazgo
responsable debería abrir juego a una Venezuela multipolar, donde las ideas
circulen libremente, sin miedo a la descalificación personal de quien las
emite. Yo no formo parte de ningún bando: milité 32 años en el MAS porque ese
movimiento se inspiraba en la lucha por la justicia social, la supresión de los
groseros privilegios que algunos tenían en el país y la garantía de la máxima
libertad para el ser humano. Hoy el MAS es un proyecto fallido y, por lo tanto,
me he declarado independiente, y a estas alturas de mi carrera política me
siento en condiciones de poder expresarme sin ningún miedo a los disparos de
cualquiera de los bandos.
-¿Cuánta vida política siente que
le queda?