Al exgobernador de Anzoátegui le
tienen sin cuidado ”los disparos” de cualquiera de los bandos políticos, porque
-asegura- no forma parte de ningun.
El Tiempo.- Está sentado para
almorzar en el pulcro y elegante restaurante del Chacao Suites, un hotel casi
desconocido en esta ciudad que él asegura le hace un descuento sustancial a la
tarifa general de 1.500 bolívares la noche. David De Lima, el polémico exgobernador del estado Anzoátegui, ostenta
un aura de tranquilidad espiritual que sorprende.
“Soy un hombre feliz”, enfatiza, tal vez porque, aunque insiste en
que hará política hasta su último soplo de vida, en realidad ocupa toda su jornada diaria
actual en el bufete que tiene con Aldo Cermeño, el exgobernador copeyano de
Falcón y su excompañero de estudios
Pablo Carrillo, amén de las importaciones de material quirúrgico y hospitalario
que trae de China y Alemania.
Atacado por tirios y troyanos,
David De Lima se sosiega analizando el
tuétano político de quienes lo
adversan: “Ni Tarek (William Saab) es de izquierda ni toda la oposición es de
derecha”.
-El público ha visto con sorpresa
su reaparición política, y mucho más el terreno incierto desde el cual la hizo.
Nadie puede afirmar hoy al 100% si es usted definitivamente chavista o
definitivamente opositor. Por fin ¿en qué bando está usted?.

-¿Cuánta vida política siente que
le queda?