Aunque los compradores de Barcelona y Puerto La Cruz dijeron que
llenarían sus despensas “por si acaso”, descartaron que se presente
alguna contingencia este domingo.
El Tiempo.- “No sé si llamarlo compras
nerviosas. Confío en que todo saldrá bien este domingo y reinará el
civismo. Pero es mejor prevenir que lamentar”.
Así definió
Rosaura Sequera, ama de casa, el mercado que realizó la mañana de este
viernes en el Unicasa del Centro Comercial Plaza Mayor, en Lechería. Su
carrito estaba lleno de atún en lata, arroz, pasta, harina de trigo y de
maíz precocido “de la extrasuave porque de la normal no encontré”,
leche pasteurizada y en polvo y varios empaques de papel sanitario.
Igual
que ella, muchas otras personas estaban ayer dando vueltas por los
pasillos de ese expendio, y así como se agotaba un producto los
estanteros sacaban cajas para reponerlos. Aceite y margarina fueron los
grandes ausentes, pero “eso no es raro; hace tiempo que no hay”, según
dijo María Castillo.
En el Central Madeirense de Barcelona, los
usuarios hicieron cola desde las 7:00 am para entrar apenas abrieran a
las 8:00 pm. Muchos esperaron hasta media hora para que se desocupara un
carrito para hacer sus compras.
En el caso del Abasto
Bicentenario, ubicado en la avenida Alberto Ravell de Puerto La Cruz,
había largas colas de consumidores en las cajas de pago y además
llevaban los carritos full de alimentos. El recinto se alborotó unos
minutos porque sacaron Harina Pan y Mazeite.
Vicente Rodríguez
sólo logró tomar cuatro envases de aceite y aseguró que estaba comprando
el “triple de comida por si acaso”. Argumentó que se está preparando
“para todo” en estas elecciones presidenciales, pero hizo hincapié en
que en otros procesos comiciales ha hecho lo mismo. No obstante, confía
en que todo marche con paz y tranquilidad.
Mientras, en Unicasa
de la avenida Bolívar porteña, no había colas para pagar y la mayoría de
los consumidores llevaban pocos productos.
La señora Aura
Jiménez fue a comprar . “Voy a hacer unos dulces para este domingo y me
faltaban los huevos”. Y Pablo García apuntó que fue al supermercado para
abastecer su nevera. “No había cobrado y por lo tanto ya tenía pocas
cosas en casa”.
Pendientes