Según la inefable presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (con un discurso adicional para justificar su exultante jalabolismo) invadir no es un delito y quien haya sido condenado por un Tribunal de la República por apropiarse de una propiedad ajena por vía de invasión, debe ser absuelto de la pena y puesto en libertad. Nada de apelaciones. Nada de derecho a la defensa. Nada del debido proceso que amerita cada caso. Nada de nada. Sólo la palabra de Luisa Estela Morales, a quien no deseo morirme si ver invadida en su casa por quienes se sientan protegidos por esta medida. Ella, más pronto que tarde, dejará de ser una pieza necesaria para el régimen y pasará a ser una ciudadana más, con una muy alta jubilación y quién sabe si privilegios que la protejan de invasores. Pero aun así puede ser invadida en su morada principal o en las casas de verano que con seguridad poseerá en Margarita o en alguna otra región playera o montañosa.
Aunque sea en el garaje de su residencia me gustaría colgar una hamaca y fijar allí un cartelito con mi nombre para que se sepa que vivo allí por mandato de su alto tribunal. Con periodistas y fotógrafos de guardia para que el país sepa que la salsa que es buena para el pavo, no es igual para la pava Luis Estela cuando ordene mi desalojo y prisión.

![]() |
¿Qué vaina es esta? |
Tomado de la mesa de redacción del periodista José ángel Borrego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lea atentamente
Recuerde nuestra política de publicación de comentarios: Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algún comentario violatorio del reglamento será eliminado e inhabilitado para volver a comentar.