EL FARO DEL MORRO. Grandes, pequeñas, luminosas y en todas las formas, las vallas publicitarias ya son parte de la cotidianidad de los anzoatiguenses, pues se encuentran en cada rincón de la conurbación. El asunto a tratar es que, a pesar de las normas de urbanismos municipales y regionales relacionadas a estas, la desorganización de la publicidad en exteriores rompe con la armonía visual de los espacios.
Sotillo y Urbaneja son dos de los municipios que se caracterizan por tener mayor cantidad de avisos en la vía pública, mientras conductores y transeúntes aseguran que esto afecta tanto la concentración de quienes manejan como la imagen de la ciudad.
“Hay como un desorden, no se ve bonito. Además, hay publicidades que ponen en las avenidas que son grandísimas y de mujeres en trajes de baño que distraen a muchos”, expresó la señora María de los Ángeles Paredes, habitante de Lechería.
Al igual que Paredes, el comerciante Marcos Díaz consideró que es necesario hacer cumplir las normas para evitar la inundación de publicidad en la urbe.
“En lugar de permitir que las empresas coloquen vallas, pancartas y hasta carteles por toda la ciudad, las autoridades deberían preocuparse por que el ornato esté en óptimas condiciones…”, acotó Díaz.
¿Contaminantes visuales?
La arquitecto urbanista Flor Pereira, miembro del Proyecto Pensar en Anzoátegui, afirma que las vallas se han convertido en parte habitual del paisaje urbano, “medio de comunicación indispensable para una sociedad de consumo, en donde compiten productos y marcas, personalidades políticas, empresas y servicios, entre otras. Esto hace que también haya competencia por atrapar la mirada del consumidor, es decir, nosotros los ciudadanos”.
Sin embargo, destaca que “en el eje Barcelona –Lechería- Puerto La Cruz – Guanta el abuso por la cantidad y la competencia descontrolada originan contaminación visual. Nuestra ciudad se aprecia congestionada de anuncios publicitarios que rompen con el paisaje urbano y, por ende, con el panorama de la ciudad”.
No obstante, Pereira considera que no sólo las vallas publicitarias son las causas de la