Sin desestimar la realidad de que el
cuadro demográfico del país político puede presentar variaciones por impactos
específicos, deben leerse los indicadores que registra el transcurrir de una
campaña electoral; los antecedentes a ella y las reacciones que se observan con
el ejercicio diario. Comentamos antes la despreocupación absoluta mostrada por
Chávez frente a Arias Cárdenas y Manuel Rosales en disputas candidaturales con
ambos contrastando con la gran aprehensión que ahora lo embarga frente a
Capriles: indicio muy importante. La compra de encuestadoras, denunciada
documentalmente por el diputado Julio Montoya. ¿Para qué seducir a un árbitro?
Carece de sentido. El PSUV permitió que se filtrara un documento interno que habla
de cinco estados críticos entre ellos Anzoátegui, Sucre y Mérida, no incluyendo
a Zulia, Miranda y Nueva Esparta dándolos por perdidos. Si sumamos Táchira,
Carabobo, Lara, Monagas, Bolívar y Distrito Capital, ¿qué le queda a Chávez?: Barinas,
Portuguesa, Apure, Cojedes, Yaracuy, Trujillo, Falcón, Delta Amacuro y Guárico.
Porque con Vargas, Aragua y Amazonas tienen ciertas reservas. Además, ahora el
CNE no podrá aplicar la ecuación parlamentaria donde la oposición captó 52 y pico
por ciento de los votos y obtuvo 40 % de los diputados mientras que el gobierno
con menos de 48 % fue bendecido por doña Tibisay con el 60 % de las curules.
De la mesa de trabajo
del periodista
José Angel Borrego