Ante la oferta electoral de
Anzoátegui comentaba un conocido médico en un programa radial que había que
escoger “el menos malo”. ¿Cómo identificarlo?, preguntó extrañado el moderador
a lo que el galeno le respondió “analizando
las ofertas electorales, los programas, las ideas y cómo hacerlo”. Al menos
hasta ahora ninguno de los dos ha excedido las frases etéreas, más el opositor
que el “designado” que apenas acaba de registrarse y no forma parte de la
familia comunitaria de Anzoátegui. Pero cabe imaginar que ambos, con esa
elocuencia digna de mejores causas, esbozarán propuestas incumplibles pero que
al menos llenen la fórmula programática. El elector tiene que pasar el palabrerío
por el cedazo y tomar su decisión sobre lo que pueda quedar como materia
realizable. Y no es que realmente debamos esperar que ese candidato de ser
gobernador cumpla con su promesa, porque si el triunfador es el de oposición no
recibirá dinero como retaliación y esa será su excusa y si gana el del gobierno
tampoco será apoyado financieramente por el Alto Gobierno porque no hay dinero
y esa será su excusa, aunque no pueda decirla para no enfrentarse con el gran
jefe. De manera que los anzoatiguenses estamos ensartados por donde miremos el
futuro inmediato porque a falta de pan tampoco hay tortas dado que no vemos en
ninguno de los dos la invectiva necesaria para gobernar sin dineros del poder
central.
UTOPÍAS: ESTRATEGIA
Se define así al conjunto de acciones
que deben tomarse para lograr el éxito en un propósito de cualquier naturaleza:
(a) Definición del objetivo. (b) Evaluación de los actores. (c) Determinación
de fortalezas y debilidades. (d) Diseño del factor financiero. (e) Selección de
Operadores. (g) Mapa logístico. (f) Política comunicacional. Es posible que una
campaña electoral, por caso, camine, aunque a tientas, al haber obviado estos
pasos en su proceso, pero el resultado será aleatorio in extremis. En la campaña de Henrique Capriles estuvieron
presentes cada uno de estos ítems y aparte de ventajismo y abuso, también en la
de Chávez. Allí incidieron los asesores que conocen el terreno electoral y no
dejan nada al azar y mucho menos “al olfato” de algunos políticos que creen
sabérselas todas. En Anzoátegui no hay alguna definición que permita pensar que
la oposición tiene la victoria asida por las barbas. Al contrario. La
experiencia indica que un éxito genera sed de nuevos triunfos. Y no será en
este momento cuando el PSUV baje la guardia para propinarse un auto-gol. Antes
dijimos que la oposición tiene probabilidad de conquistar diez gobernaciones en
el país, incluida la de Anzoátegui, pero hicimos la salvedad pertinente. No
caerán de la rama como mango madurito ni será una pelea sencilla. Quien ejerza
las acciones con mayor profesionalismo cobrará por la debilidad del adversario.
¿Que a Aristóbulo no lo conoce nadie? A las tarjetas que lo acompañan sí.
