Cuando cayó la noche del atípico sábado los cantos acabaron, el movimiento en la casa disminuyó y el cansancio apareció; sin embargo, la alegría reinante en el lugar jamás desapareció. Y es que al final del día, la señora Rosa, con una gran sonrisa en su rostro y brillo típico de unos ojos llorosos, cumplió su "sueño" y los santeros se marcharon del lugar con la certeza de haber cumplido con su labor y con "el orgullo de pertenecer a la gran familia de la Osha".
El equipo de El Nacional.com tuvo acceso a una de las ceremonias más importantes de esta religión, que crece día a día en varios sectores del país.
Pasadas las 7 am de un sábado, que para cualquiera podría ser la excusa perfecta para dormir hasta tarde luego de una ardua semana de trabajo o para recuperarse de una noche de fiesta, la señora Rosa, se prepara en una modesta vivienda ubicada en las cercanías de la localidad de El Cementerio, en Caracas, para iniciarse en el mundo de la Santería, por medio de una ceremonia llamada "coronación". "Tenía 25 años esperando por esto", le comentó a uno de los santeros que iba a participar en dicha ceremonia, para la cual, según los entendidos en la materia, es necesario un alto nivel de compromiso y mucha fe en los orishas (forma en la que nombran los santeros a sus deidades).
Uno a uno, los santeros van llegando al lugar, en donde una viejita, con gran sentido del humor, de esas a quienes uno imagina en una mecedora con una taza de café y viviendo 100 años, recibe a los practicantes de esta religión, que día a día reclama más y más espacio dentro de la sociedad venezolana. Como si se tratara de una maquinaria industrial, en la cada pieza es valiosa para su correcto funcionamiento, los santeros tienen funciones específicas durante la ceremonia. Cada quien sabe qué hacer, cómo y cuando hacerlo.
Entre risas y cordialidad, Mario Herrera, o "Aromiddara" (su nombre espiritual), quien es uno de los santeros con mayor trayectoria en la religión del lugar, explica que la Santería no es una religión para personas sin capacidad de raciocinio e inteligencia. "Muchos son los llamados, pero pocos son los elegidos", acota en clara referencia a uno de los flagelos de esta religión. "Hacerse santo (coronarse) por moda".
Una llamada telefónica, dinamiza a todos en el lugar. "Ya viene llegando mi padrino", comenta uno de los asistentes al tiempo que chequea su reloj.
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La Santerá cubana ha penetrado hasta el Parlamento Nacional |
Luego de 20 minutos de espera, un hombre de ojos claros, visiblemente agitado por el tráfico matutino de la capital venezolana, llega al lugar en su vehículo, se baja del mismo y sin mediar muchas palabras con sus "ahijados", los bendice y los insta a preparar la mesa para el desayuno (paso muy importante en toda ceremonia de esta religión). Su nombre es Carlos Indriago, o "Eshu Adde Lery", como fue nombrado por sus santos hace ya más de 20 años, es profesional universitario ampliamente preparado, y en la religión de la Osha, como es también llamada la Santería, es Orihaté.
El Orihaté, explica Indriago rápidamente antes de sentarse a comer, es un santero con extensos conocimientos sobre cantos, rezos y ceremonias que se efectúan a la hora de realizar consagraciones y ceremonias. Sirve además como la persona que atrae las energías de los Orishas (Santos). Una vez que todos comen, uno a uno asume su tarea determinada con seriedad y extremo compromiso, pues aseguran que, "si no se trabaja con amor y corazón, las cosas no salen bien".
Cantos y ceremonias previas, sumamente metódicas y estrictamente detallistas, preceden a "la coronación", las cuales, por ser "secreto de religión", no deben ser reveladas públicamente. Tras una mañana bastante movida, muchos de los santeros que han trabajado sin parar desde tempranas horas de la mañana, muestran signos de cansancio; sin embargo, no desmayan en cada una de sus labores.
Pasada la 1 de la tarde, una nueva comida une a los santeros en la mesa como una gran familia. Esta vez, hacen un balance de lo realizado hasta ahora. "Vamos bien. Aún nos falta mucho, pero vamos muy bien. Todo marcha viento en popa", precisa el Orihaté, quien funge como líder del grupo.
La pérdida de los valores
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Un poderoso circulo santero controla a todos los alcaldes de la zona nore de Anzoátegui. |
Luego de que los demás santeros comen y retiran de la mesa a continuar con las ceremonias, Indriago se sienta en la amplia mesa vacía, como quien se prepara a ser interpelado ante un ente judicial. "Pregunta lo que quieras", expresa con un rostro distendido y tranquilo.
Durante la conversa -en la que reveló que recibió sus santos en la isla de Cuba- la cual describió como "mucho peor" a la que existe en la actualidad, varios de los santeros que estaban en el lugar se acercaban a pedirle consejos y recomendaciones para completar los pasos de cada ceremonia.
"Cuando yo me hice santo en Cuba, la crisis era tan grande que no había papel higiénico. ¡Se los robaban!", comentó. Reveló además, con un rostro visiblemente entristecido, que se han perdido mucho los valores de la religión de la Santería en la actualidad, pues existen muchos "mercantilistas de la fe" y personas que entran a este mundo "por moda, o por decir que son santeros, porque piensan que tener santo hecho es un escudo antibalas".
Criticó además que se esté haciendo "un mezclote" con las diferentes corrientes religiosas y cultos existentes en Latinoamérica. "En México alaban a la muerte, en Cuba han incluido últimamente cosas que no estaban en los orígenes de la religión y en Venezuela mezclan la Santería con la Palería y el Espiritismo, cuando no existe relación entre ellas", explicó mientras comía una sopa "levanta muertos".
Religión "de estado"
Mientras comía, el Orihaté Carlos Indriago, hizo una pausa para responder a la interrogante planteada sobre la relación entre los funcionarios de Gobierno y la Santería. "¿Quieres saber si hay personas con santo hecho en el Gobierno?. Claro que sí. Hay muchos magistrados coronados y muchos fiscales. Hay gobernadores, asambleístas, en fin (...)", expresó sin tabú, al tiempo que los presentes lo escuchaban con atención y asentaban con la cabeza sus afirmaciones.
"No solo personas del Gobierno hijo, actores y actrices muy conocidos, cantantes como Héctor Lavoe, Celia Cruz, Oscar D' León, Jennifer López, entre otros", explicó mientras una de las santeras del lugar retiraba su plato y se preparaba para entrar en la fase final del primer día de la "coronación" en la que el creyente que va a ser iniciado pasa a ser Iyawo, un sacerdote de la religión recién coronado.
El nacimiento...
Tras la extensa conversación, el Orihaté se levanta de la mesa para continuar con sus labores y, cual director de orquesta, encabeza el tramo final del día en el que "nacerá una nueva persona".
Con cantos, oraciones y plegarias, se avanza a uno de los pasos más importantes en esta ceremonia, la inmolación de los animales, ya que a través de la sangre de los mismos, "se le da de comer y se le da vida a los santos". "Esa energía del santo, tiene que alimentarse de algo" precisó Juan Blanco, otro de los santeros presentes en el lugar.